El semanario de Coahuila
Editorial
Tiempo de cambiar el traje
Una cosa es la campaña envuelta en populismo y otra cosa es la seguridad nacional que nos beneficia o nos afecta a todos los mexicanos, por ello se marca el tiempo de las chiflasones y el tiempo de entrar en materia con la seriedad que dirigir a un país conlleva,
El retraso del vuelo de Andrés Manuel López Obrador en Huatulco no es una mera anécdota jocosa que puede pasarle a cualquiera. El Presidente de la República no puede esperar en una sala del aeropuerto cinco horas, por muchas razones. Él es el único mexicano cuyas decisiones pueden afectar directamente el destino de 140 millones de connacionales.
En caso de una emergencia nacional, no puede manejar en un café o en una sala del aeropuerto información clasificada o con impacto en la seguridad nacional. No. El avión presidencial no es un lujo; es un instrumento que puede utilizarse en caso de emergencia para trabajar mejor por México.
También es un asunto de seguridad. En la aeronave que se retrasó, al próximo mandatario le tocó la puerta de emergencia. Si hay que salir del avión, él es el encargado de abrir la puerta para que todos puedan salir, a pesar de que su seguridad es un asunto de seguridad nacional.
Sí, hay que rechazar los abusos y no usar el avión presidencial para que turistee la familia. Ojalá el próximo mandatario cambie su decisión de venderlo y evite vulnerar su seguridad y la de quienes viajen con él cuando comience a ejercer acciones contra la corrupción, la delincuencia organizada e, incluso, si sigue colaborando con EU, contra el terrorismo.