El México actual …Un Estado Fallido!!!

18 octubre, 2021 en

El Presidente de la República no tiene la mínima idea de lo que significa un juicio político

 

Enviado por Vladimir Galeana.-

No existen indicios de que Enrique Peña Nieto pudiera ser acusado de algo

Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador ha estado gastando la pólvora en infiernitos como se dice en el argot popular.

Hasta ahora ha dado muestras de que no sabe hacia donde orientar los golpes hacia ese pasado al que culpa siempre cuando de explicar el desastre de gobierno que encabeza se trata.

Y no es que su principal interés sea el bienestar de los mexicanos, porque lo único que ha mostrado es ese rencor que tiene por los gobiernos del pasado a los que culpa de los desatinos del presente como ha sido su costumbre durante toda su vida pública.

Para decirlo más claro, el Presidente de la República no tiene la mínima idea de lo que significa un juicio político, y hasta ahora no entiende que una cosa es hablar y otra actuar.

Si pensó que manteniendo cautivo a Emilio Lozoya podría iniciar un juicio contra Enrique Peña Nieto, erró el tiro, porque hasta ahora no tiene la certeza de que el mexiquense haya participado en los actos de corrupción que ha relatado el ex director de la paraestatal más importante del país.

Para decirlo de otro modo, ha venido gastando la pólvora en infiernitos y no ha logrado meter a alguien a la cárcel, ni tiene pruebas para incriminar a Luis Videgaray al que tanto culpó de los presuntos excesos en el utilizamiento del dinero público.

Mucho menos existen indicios de que Enrique Peña Nieto pudiera ser acusado de algo, lo que marcaría su suerte al frente del Gobierno Federal porque rompería una de las reglas de oro de ese sistema político al que tanto denostó y señaló que cambiaría porque la “honestidad” sería el sello de su gestión.

Para decirlo más claro, ni Andrés Manuel López Obrador es el paladín de la honorabilidad, ni todos los funcionarios de alto nivel del pasado reciente pueden ser inculpados penalmente porque no se cuenta con datos que pudieran incriminarlos.

La presunta rifa del Avión Presidencial fue otra de sus farsas

La realidad indica que sus rencores lo han llevado a cometer costosos errores en detrimento del bienestar de los mexicanos.

Si alguien ha sido un simulador toda su vida, es el propio Andrés Manuel López Obrador, y lo que mejor ha sabido hacer es hablar, epitetar, y lanzar señalamientos que faltan a la verdad, porque una cosa es acusar, y otra tener “los pelos de la burra en la mano” como se dice en el argot popular.

En un sistema democrático como el nuestro, al que afirma le corresponde la carga de la prueba, y hasta ahora ha mostrado que ni tiene pruebas, o todo lo que afirmó, no han sido más que mentiras para seguir engañando a un pueblo al que le debe explicaciones serias acerca de su gestión al frente del país y el desastre en que se ha convertido su administración.

El caso Lozoya ha sido hasta ahora una enorme simulación que pone en entredicho el respeto de la investidura que detenta.

Los mexicanos lo consideran un mandatario con un alto grado de hipocresía que protege a verdaderos crimínales y acude al pasado para encubrir esa lamentable realidad del presente y de los mexicanos de todos los rincones del suelo patrio.

Hasta ahora, no existen causas legales para esa incriminación de los expresidentes porque no cuenta con pruebas.

La presunta rifa del Avión Presidencial fue otra de sus farsas para mantener el engaño y la atención fuera de sus dislates de entregar dinero de los mexicanos a los gobiernos populistas del hemisferio.

Ha venido protegiendo hipócritamente a los verdaderos enemigos de la salud pública

El Estado Fallido está a la vuelta de la esquina, porque ha venido protegiendo hipócritamente a los verdaderos enemigos de la salud pública, como es el caso de Ovidio Guzman y los amplios territorios que controlan los integrantes del Cartel de Jalisco Nueva Generación.

Delincuentes que se han convertido en dueños y señores de muchos mexicanos a los que no ha defendido siquiera con el pétalo de una visita de las fuerzas armadas o de las policías encargadas de combatir el flagelo que significan los carteles de la droga y las bandas del crimen organizado.

Pobre país con un Presidente más cercano a la delincuencia que a aquellos que juró proteger cuando exclamo: “Juro desempeñar leal y patrióticamente el encargo de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, conforme a la Constitución y mirando en todo por el bien y la prosperidad Unión”.

Nada de eso ha hecho para desgracia de los mexicanos. Al tiempo.

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