Hablar de politólogos o intelectuales unidos,
es veneno puro para la presente administración
federal, porque son precisamente esas dos
facetas, las que no se les da.
Enviado por Vladimir Galeana.-
Un grupo de hombres de letras se atrevió a publicar un mensaje en un medio de comunicación impresa, y de inmediato reaccionaron las huestes morenistas para descalificarlos.
Y ni que decir lo que ocurrió en las redes sociales donde el Presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador cuenta con un estructurado mecanismo de respuesta rápida por parte de sus seguidores, que en su mayoría son cuentas falsas y creadas de manera artificial para impactar en la opinión pública.
Y debo señalar que lo de las cuentas falsas no es invento de quién esto escribe, fue la propia empresa de Twitter la que señaló que de los siete millones de seguidores del Presidente de la Republica, más de la mitad son cuentas falsas.
De cualquier forma, falsas o reales son utilizadas para responder a los críticos de sus acciones de gobierno, y en los tiempos que vivimos donde la mayor parte de muestra vida diaria transcurre en los instrumentos electrónicos, causan un alto impacto que pueden orientar a la opinión pública.
Aunque no deje de ser un ardid más de los que emplea todos los días el propio Mandatario que hasta ahora no encuentra la forma de detener su caída en la aceptación entre los mexicanos.
Un grupo de politólogos e intelectuales mexicanos publicó un manifiesto llamando a evitar la “deriva autoritaria y a defender la democracia”, y es un recurso que cualquiera puede hacer en un sistema democrático como el nuestro.
Aunque no le haya gustado al grupo que por ahora detenta el Gobierno Federal y la Mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores por esa vocación totalitaria que han mostrado en los últimos meses y donde las advertencias están a la orden del día.
Y hay que decirlo con todas sus letras, porque aquel que siempre se dijo demócrata ha enseñado los dientes en cada ocasión en que no le gusta lo que manifiestan los demás.
Y…la mejor prueba de ello es la larga lista de periodistas que hemos sido alejados de nuestro trabajo en algunas empresas de comunicación a petición expresa del Coordinador de Comunicación Social de la Presidencia de la Republica, Jesús Ramírez Cuevas.
Quien por ahora es parte importante del esquema de poder, pero ojalá entendiera que no es eterno, y seguramente después, muchos querrán cobrarle las facturas pendientes.
Pero regresando al mensaje publicado por el grupo de intelectuales, habrá que decir que tienen todo el derecho de hacerlo en su calidad de ciudadanos, y si el texto no le ha gustado al Señor Presidente de la Republica, es su problema.
Aunque seguramente se defenderá con todo en alguna de las sesiones mañaneras que mantiene con los medios de comunicación.
¿Pero cuál es la ofensa al señor López Obrador?, ninguna, porque no le faltan al respeto, simplemente le anuncian a los mexicanos la posibilidad de que este país se camine hacia la Dictadura, lo que es una realidad en las intenciones de Andrés Manuel López Obrador.
Las muestras han estado a la vista de todos los mexicanos, porque ha concentrado la toma de decisiones en su persona, y nadie hace algo si no tiene permiso o se lo ordenan, así de simple la circunstancia actual en el Gobierno Mexicano.
Lo que no le gustó del mensaje al señor López Obrador, fue la advertencia de que seguimos caminando hacia el autoritarismo, y el llamado a defender la democracia.
Y claro que no le gustó porque nunca ha sido un demócrata, aunque lo siga diciendo a los cuatro vientos.
El cariz autoritario ha estado acompañándolo siempre, como también desde 1917 la libertad de expresión es letra Constitucional.
Que no le haya gustado es su problema, pero habrá que puntualizar que no dijeron una mentira y sí muchas verdades.
Muy delgada la piel presidencial en esta etapa en que sus momios siguen a la baja. Al tiempo.
Algo qué celebrar???
Dos años de haber ganado la Presidencia de la Republica y las noticias no son nada halagüeñas.
Por menos de lo que hoy ocurre exigía en sus discursos públicos durante su activismo por todo el país la renuncia de los Mandatarios en turno.
Hoy tenemos los peores resultados de la historia reciente y tiene el cinismo de señalar que la mal llamada Cuarta Transformación va viento en popa.
Bien dice la sabiduría popular que “con la vara que mides serás medido”, y por desgracia para este país las cosas pintan mal.
Lo peor de todo es que hasta ahora la economía es un desastre que nunca habíamos padecido.
A menos que yo recuerde mal, nunca habíamos caído por debajo del diez por ciento y parece que seguiremos a la baja.
Pero si algo debemos tener presente es que así es el populismo barato que se esquisto en América Latina a partir de la llegada de Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela, con el apoyo monetario de Cuba, la única nación comunista del hemisferio con un feroz gobierno que sigue ahogando a la otrora Isla conocida como “El paraíso de América”.
En la contabilidad del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, habrá que incluir la cifra de muertos que hasta ahora han superado los treinta y dos mil asesinatos violentos.
Se dice fácil, pero los efectos han sido desastrosos porque hasta ahora no existe una estrategia que valga la pena y lo único que tenemos por defensa son las ocurrencias diarias de los gobiernos emanados del Movimiento de Regeneración Nacional, que siguen intentando desgastar a los gobiernos surgidos de otras representaciones políticas.
El problema es que ante un pueblo con un alto porcentaje de mexicanos que se incluyen en los márgenes de la pobreza, las predicas populistas de soluciones fáciles siguen incrementando la esperanza, sin entender que las dádivas no representan más que una forma de mantener viva una militancia que es manipulada desde el púlpito presidencial todos los días.
Regalar dinero público es la principal estrategia del populismo, pero también hay que señalar que no es fácil manejar un país, y menos cuando no se tienen los conocimientos adecuados para caminar hacia el éxito.
O quizá es que Andrés Manuel López Obrador lo que en realidad pretende es incrementar los niveles de pobreza de forma estratégica para que la mayor parte de los mexicanos dependamos de las dádivas oficiales.
De ahí su persistencia de acabar con la libre empresa y mantener la economía a la baja, porque como lo ha dicho en sus conferencias mañaneras, “si tenemos arroz y frijoles, con eso es suficiente, para qué los lujos?”.
Así de simple se explica el proyecto de empobrecimiento para contar con integrantes que sean beneficiados por las generosas dádivas del “Bien Amado Camarada Líder”.
Por lo pronto nuestra lamentable realidad indica que tenemos treinta y dos mil muertos por la pandemia del coronavirus, y aunque no lo quiera aceptar López Obrador, vivimos una de las mayores tragedias de nuestra historia y son producto de su irresponsabilidad.
Ni que decir de los trescientos mil contagiados, pero vamos bien según sus propias palabras.
A eso hay que agregar que los niños con cáncer siguen sin recibir medicamentos, con lo que podemos decir que hay un genocidio consentido por el gobierno, y en su momento tendrán que pagar por esa conducta criminal.
Pobre México, pobres de los pobres que siguen creyendo que obtener dádivas es generosidad y no manipulación para instaurar una dictadura. Así de simple. Al tiempo.
El semanario de Coahuila










