-Todos tienen cola que les pisen
-Dardos envenenados
-Amlo y Venezuela
-La corrupción
Enviado por Néstor Ojeda.-
Hoy, a diferencia del pasado, López Obrador convoca a militantes de todos los partidos a sumarse a su candidatura para rescatar a México de la “mafia del poder”, ofrece una suerte de amnistía a los funcionarios y gobernantes en los estados, impunidad, o sea, para arrancar una suerte de cambio con borrón y cuenta nueva.
La lucha por la Presidencia de la República sigue y subirá de tono conforme se acerque el 1 de julio, día de la elección; siguen saliendo misiles y torpedos, y antes del cierre de las llamadas “precampañas”, le tocó a Ricardo Anaya, candidato de la coalición por “México al Frente”, que integran el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, ser el objetivo de los bazucazos.
Bien no le fue a Anaya en esta la última semana de las precampañas; por un lado, el presidente del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Ochoa Reza, le sorrajó un video en el que hace apenas unos años, en un discurso, el ex presidente del Partido Acción Nacional, no escatimó en elogios para José Antonio Meade, su hoy competidor por la alianza “Todos por México” del PRI, Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza.
En ese video, Anaya no sólo aplaude la capacidad técnica de Meade y su trayectoria como un funcionario público de excelencia, sino sus dotes personales como un ser humano decente y honesto, lo cual no checa mucho con su campaña para sacar al PRI de Los Pinos.
Pero el dardo envenenado se lo propinó la revista Proceso, que dio a conocer un trabajo en el que se revela que a través de una fundación, Anaya consiguió un préstamo, compró un predio, edificó un edificio y lo vendió, lo cual en sí mismo no parece ilegal, pero que funciona como un elemento para generar la percepción de que Anaya se ha beneficiado de su posición política para hacer dinero y ocultarlo.
Lo mismo ocurrirá con Andrés Manuel López Obrador. Si bien no se puede acusar al ex jefe de Gobierno de algo más que de vivir sin trabajar desde hace 12 años al igual que sus hijos, lo que ya es por lo menos intrigante, su entorno es perfectamente atacable, pues a su alrededor hay una gran cantidad de políticos señalados por actos de corrupción, extorsión, narcotráfico, crimen organizado, amiguismo y sobornos.
Pronto se verán con más fuerza, los proyectiles contra López Obrador en los que se exhibirán los videos en los cuales se ve a Hugo Chávez -el desaparecido dictador venezolano- y al actual Nicolás Maduro.
Prometiendo lo mismo y con las mismas palabras que El Peje ha ofrecido a la sociedad mexicana y acusando a sus adversarios de ser la “mafia del poder”.
En ellos que se ve cómo al igual que el tabasqueño, el golpista venezolano ofrece respeto a la libertad de mercado a los empresarios, para luego lanzarse a una oleada de expropiaciones y estatizaciones que hicieron que los capitales huyeran de Venezuela u ofreciendo a los medios la garantía de libertad de expresión para después perseguir a periodistas y cerrar periódicos y televisoras por criticar a su gobierno.
José Antonio Meade pareciera blindado ante este tipo de acusaciones.
En lo personal y lo profesional parece, sin duda, intachable, pero trae a cuestas la corrupción de tantos y tantos políticos, gobernadores y del gobierno saliente, además, las malas decisiones tomadas por esta administración, que en los hechos se terminó cuando desaparecieron los 43 normalistas de Ayotzinapa y se reveló el turbio financiamiento de la presidencial Casa Blanca.
Así las cosas, preparémonos para ver cómo seguirán surcando el aire los ataques entre unos y otros, mientras no se ve una campaña que en verdad le llegue a los ciudadanos y los haga pensar que además de ambición, hay algo de talento en la clase política mexicana.