*Al traste la Cuarta Transformación, y ahora
el dizque proyecto de AMLO se va al caño,
deja de ser atractivo para la gente, para los
empresarios y cuidado, tal vez también para
sus “amigos”.
Enviado por Carlos Ramos.-
Recibí y leí con fuerte impacto el listado de los centros comerciales que habrán de cerrar, completos, durante éstos 30 días, que esperamos sean los días suficientes y no más.
Me preocupa el freno a la economía que se venía dando por las pésimas disposiciones con aquello de la “austeridad republicana” y el disfrazado combate a la corrupción.
El primer golpe se vino cuando AMLO decidió cerrar las válvulas de suministro de combustibles argumentando un combate al huachicoleo (plan fallido también) y que en realidad esperaba cerrar convenios con Estados Unidos y otorgar beneficios comerciales a Venezuela.
Luego las tasas crecientes de desempleo, pero la gente tenía aún trabajo, prestaciones, salario; ahora todo eso se frena y diríamos, es por una medida sanitaria fuera de tiempo y sin alternativas.
Llegamos a ese extremo porque el propio Presidente jugaba con sus besos, con sus abrazos, con la invitación a salir a las calles y restaurantes, a su rebeldía a protegerse y extender el riesgo de infección no sólo a su familia, sino a sus colaboradores y a la población en general.
Sus desplantes, sus pifias, sus malas bromas, pero lo peor, sus decisiones nos han llevado a estos extremos y tiene que reconocer, que lo dudo, sus equivocaciones.
Todos aquellos que aún simpatizan con él, que lo defienden en todo y por todo y que llegan a los ataques baratos, bajos, ruines y majaderos, tendrán que tragarse sus opiniones y aceptar que los primeros perjudicados son ellos y por dos razones, uno, porque defienden lo indefendible , dos, porque se han quedado sin empleo.
AMLO menosprecio a la pandemia, dio la espalda a los gobernadores, continuó irresponsablemente acercándose a la población, decidió ir a contrapelo de las disposiciones mundiales.
Aquí están las consecuencias, pero estamos hablando de dos asuntos muy sensibles, comer y salvar la vida, no ha sido prudente, ni decente.
Hay un malestar creciente, por ejemplo, entre las fuerzas armadas, debido a que mientras a los soldados los asesinan o caen en emboscadas y peor aún en humillaciones callejeras por rebeldes inconformes, el presidente va a comer con la familia del capo más sanguinario de las últimas décadas.
A esto, permitirá la tramitación “humanitaria” de una visa para que como la madre del Chapo, todas mamás de sicarios extraditados tengan los mismos derechos y privilegios que la señora Consuelo?.
Pero además, vuelvo a preguntar, cuantos cinturones de seguridad de sicarios tuvo que pasar el presidente y su corta comitiva (sin periodistas) para llegar a saludar a la anciana?.
Cuántos de ahí presentaban órdenes de aprehensión y cuantos han disparado contra los soldados mexicanos?.
Esos disparates del mandatario han colocado al país en altísimo riesgo y somos, no la crítica, sino la burla mundial.
Entonces estamos bajo la política pública de “lo que diga mi dedito”, pero entendemos que no es el dedito de AMLO.