Un Año Más… El tiempo no perdona …la gente tampoco!!!

9 diciembre, 2019 en

Un año más pidió AMLO, y la gente se lo concedió… pero nomas uno

*Nunca nada es para siempre, ni el adiós

  en la sepultura, y son solamente seis años

  de gloria, luego vienen seis de apestado

  …o más.

 

Enviado por Roberto Cienfuegos.-

Seguridad y economía, van de la mano siempre

El presidente pidió un año más para sentar las bases definitivas y casi irreversibles, dijo,  de la 4T. Hay que dárselo, por supuesto.

Como mexicanos debemos creer que le bastarán 365 días más para delinear un nuevo futuro, que no un nuevo comienzo. El país no nació con la 4T y tampoco terminará en 2024.

Tampoco las reformas de la 4T serán irreversibles. Eso dijeron precisa, pero inexactamente, los “neoliberales” cuando aceleraban el paso, inicialmente con Miguel De la Madrid, para meter al país en el bloque de países bajo el modelo neoliberal o sujeto al llamado “Consenso de Washington”.

De aquella época, es destacable recordar entre las primeras acciones del gobierno “neoliberal”, el ingreso o la incorporación de México al entonces Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT), el antecedente de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Así que nada es nunca irreversible y tampoco se escribe para siempre en esta vida.

Obviamente AMLO no puede hablar de democracia, porque su gente se ha encargado de demostrar lo contrario

Esperemos entonces otros 12 meses para que ahora sí, empecemos a constatar los frutos del cambio de régimen y modelo económico que impulsa el presidente con más vehemencia hasta ahora que resultados tangibles y concretos, en al menos dos áreas críticas: seguridad y economía, que debo decir se desarrollan y marchan indefectiblemente de la mano.

Admitió el presidente, así sea de manera enunciativa, que en ninguno de estos campos, enormemente sensibles para cualquier país, hay los avances que su gestión desearía.

No abundó mayormente y apenas mencionó la insatisfacción que le generan.

En su mensaje en el Zócalo lo suyo fue dar a conocer y exaltar una lista de éxitos, avances, progresos y logros en casi todas las áreas, salvo las que denotan una crisis, referida a economía y criminalidad.

La economía prácticamente con índices de cero, con sus severas repercusiones en el empleo y, por supuesto, también en el ámbito de la seguridad pública y el auge, sin precedentes, de la criminalidad.

Todo lo que empieza termina, bien o mal, pero termina

Ya lo había dicho el presidente en su informe de septiembre pasado, cuando admitió, para pesar de todos claro, que había todavía bastante por hacer para que la economía creciera y la criminalidad bajara.

Ni lo uno ni lo otro e insisto, no es para alegrar a nadie.

Por el contrario, debe preocuparnos y concitar a la acción en las áreas del quehacer particular, social, empresarial y gubernamental.

Nos urge la reactivación económica y confiamos en que el proyecto de inversión para infraestructura, recién anunciado en Palacio Nacional, y que monta unos 43 mil millones de dólares a partir del 2020, resulte un estímulo económico real.

En cuanto a la criminalidad, anticipo un cambio o al menos un ajuste de estrategia en los meses que vienen, así el presidente insista en que nada lo hará modificar el rumbo de la política de “abrazos y no balazos”.

Con Fox les fallo a los mexicanos, con AMLO ya está crítica la situación… quien seguirá?… obviamente el PRI jamás

Dudo absolutamente que el presidente estadunidense vaya a llegar al extremo de declarar “terroristas” a los carteles mexicanos de la droga, pero es previsible que introduzca un giro en la postura presidencial mexicana, en persistir en una política que arroja graves déficits para aminorar la embestida criminal, cuyas cifras superan incluso a las que dejaron los gobiernos que precedieron al de la 4T.

Acabamos de ver, por ejemplo, lo ocurrido en Villa Unión, Coahuila, donde militares y agentes policiales arremangaron contra criminales, con el saldo ya conocido. Bien por su gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís, eso es dar la cara y enfrentar al crimen organizado en defensa de la ciudadanía.

A mediano plazo, la estrategia de “abrazos, no balazos, del guácala, fuchi y aún del chancletazo de las mamás o las abuelas, será insostenible. Así que también es cosa de tiempo y presión interna y externa. Lo veremos.

Así que a esperar y actuar al mismo tiempo para que dentro de un año, ya contando, miremos, palpemos y comprobemos al menos dos cosas: que la economía crece y la criminalidad desciende.

Ojalá…Es demasiado lo que está en juego, y el tiempo no perdona.

Trump y los carteles mexicanos

Democracia Balbuceante

En su mañanera del pasado miércoles 4 de diciembre, el presidente López Obrador aludió una democracia balbuceante, si acaso en México, donde dijo que “todavía no se tiene hábito democrático”.

La estampa presentada por el mandatario incluyó un apretado recorrido histórico antes de concluir con una afirmación tajante: “no ha habido democracia” en México. De ese tamaño.

Recordó por ejemplo los tres siglos de dominación colonial, que “desde España imponían a los virreyes” y preguntó de manera reflexiva: “¿cuántos siglos llevamos como país independiente?”. Dos, dijo. Sólo 200 años.

Es decir, en consecuencia, México tiene aún un prolongado camino por recorrer antes de vivir en democracia, se colige.

Miguel Ángel Riquelme, gobernador de Coahuila es ejemplo nacional de como actuar contra el crimen

Trajo el presidente a la memoria que en siglo XIX, ya como país independiente, México apenas y tuvo un periodo digamos democrático con la república restaurada con Juárez y Lerdo.

Pero Santa Anna y Porfirio Díaz hicieron de México casi todo el siglo IX “el país de dos hombres”. Imaginen, Santa Anna fue presidente 11 veces y don Porfirio imperó 34 años. “¿Cuándo hubo democracia?” preguntó López Obrador.

El siglo XX, insistió López Obrador con su repaso histórico, “Se fue don Porfirio, pero quedó doña Porfiria”, la tácita referencia al priismo, que prevaleció en México por más de 70 años hasta que llegó “la llamada alternancia” con Vicente Fox en el 2000.

“¿Se acuerdan de eso?, de cómo engañaron?, ¿de cómo en el 2006 los mismos que habían llegado con la bandera del cambio democrático consumaron un fraude electoral para imponer al presidente?.

Es hasta ahora y esto en lo general. ¿Cuántos fraudes en los estados?, ¿cuántos fraudes en los municipios?, ¿cuántos fraudes en los sindicatos? Soltó.

Sólo ahora, dijo López Obrador, “estamos empezando una etapa nueva en la vida pública del país”, pero puso en claro que este nuevo e inédito capítulo nacional “va a llevar tiempo”.

Convocó a “ayudar a que sea lo más pronto posible que se establezca una auténtica democracia, que se acabe con los fraudes electorales”.

La economía tiene que repuntar en el 2020… o se acaba el teatro

Y anticipó un legado para que al término del sexenio sea posible decir que “no hay fraudes electorales” y que “se estableció la democracia”.

Consigno esta visión del presidente porque me parece importante para lo que venga en México los siguientes años y en particular este mismo sexenio.

Veremos seguramente el legado de López Obrador en la construcción de una democracia real y palpable si es que aceptamos que nunca antes se ha vivido ese sistema, el menos peor de todos los creados y ejercidos por muchos países, en México mismo.

¿En verdad, nunca hemos vivido una democracia en México?.  Vaya opinión y construcción conceptual de nuestro presidente.

Demoledor, pues, para un país con las raíces tan profundas y la historia del nuestro. Al tiempo.

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