*Dentro del cocktel de ineptitudes que
presenta el nuevo Gobierno Federal,
el manejo del Sector salud es lo que más
apesta, y lo peor es que no tiene forma
de resolverlo.
Enviado por Vladimir Galeana.-
Uno de los principales pilares del esquema gubernamental es sin duda todo lo que se refiere a la garantía del acceso la salud pública en todas las regiones del territorio nacional.
Principalmente en las grandes ciudades donde son recurrentes la presencia de malestares producto de nuestra desastrosa mancha urbana.
Tan solo el centro del país requiere de un gran esfuerzo y de una tremenda infraestructura para mantener vigentes los servicios de salud pública.
Para decirlo de otra forma, en el altiplano mexicano hay una mancha urbana que concentra a más de veintitrés millones de habitantes, y el noventa por ciento de ellos no cuenta con seguridad social, por lo que demandan los servicios de salud al Estado Mexicano.
Entendido éste por los tres órdenes de gobierno, municipal, estatal y federal, aunque en la mayor parte de las veces los servicios médicos y la infraestructura operan de forma inconexa, lo que habla de la necesidad de una unificación de los esfuerzos de los tres órdenes de gobierno.
Durante su comparecencia ante los senadores, el titular de la Secretaria de Salud, Jorge Alcocer, señaló que existen más de veinte millones de personas sin seguridad social.
Pero lo más grave es que existe una gran parte de la infraestructura que no cuenta con la calidad suficiente para brindar servicios de forma eficiente.
Pero también existe otra circunstancia que tenemos que considerar, y no es otra cosa que la carencia de calidad, no tan solo en los derechohabientes, sino en esos sectores empobrecidos y que no cuentan con servicios de salud.
Jorge Alcocer también reconoció que existe irritación social ante el fracaso que heredó la actual administración, aunque también habrá que señalar que quizá ese sea el nuevo discurso para justificar el fracaso inicial de la llamada Cuarta Transformación.
Pero independientemente de todo, cuando se trata de resolver un problema, el primer paso es aceptar que el problema existe, y que bueno que el señor Alcocer haya entendido que la base principal es el reconocimiento de las fallas.
También hay que decir que él mismo tuvo mucho que ver en el último año con el tema del desabasto de medicinas, porque no se adquirieron aquellos que permitían mantener con vida a enfermos con problemas diabéticos avanzados cuya inexistencia los condenó a muerte.
Bien dicen por ahí que el primer requisito para resolver un problema es entender y aceptar que el problema existe, y si bien es cierto que la llegada de una nueva generación de funcionarios públicos pudo haber retrasado la compra de medicamentos, también la ineficiencia inicial profundizó la gravedad del desabasto.
Hay veinte millones de mexicanos sin seguridad social, y eso es lo que se debe tomar en cuenta a la hora de planificar el presupuesto.
También se tiene que adecuar la infraestructura existente a las necesidades propias de un país en crecimiento poblacional.
El mal principal es esa amplia franja de hombres y mujeres que por sus hábitos alimenticios han contraído esa mortal enfermedad que es la diabetes, porque si no hay los medicamentos necesarios, el desenlace final será fatal…Así de simple.
Estancamiento Económico
Definitivamente las buenas noticias escasean en estos tiempos en este México tan nuestro y tan azorado por la serie de acontecimientos que suceden todos los días.
Uno de los aspectos más importantes de cualquier gobierno es el económico, porque tiene que ver con el bienestar de la población y con la consolidación de las aspiraciones de los diferentes sectores sociales, pero por ahora los tiempos se consideran difíciles porque el entorno internacional tampoco tiene buenas noticias.
El problema es que los expertos han considerado que la economía del país crecerá 0.43%, lo que resulta insuficiente para que desde la esfera oficial se puedan paliar los agobios de la mayor parte de la población de todas las regiones.
No resultará fácil incrementar las políticas de apoyo social porque no se cuentan con los recursos suficientes para hacerlo, y los especialistas del sector privado que fueron consultados por el Banco de México redujeron sus doctas tibias de crecimiento económico.
Aun cuando los especialistas han mejorado sus estimaciones sobre la inflación y el tipo de cambio, entre los factores más importantes que pueden obstaculizar el crecimiento es la incertidumbre política que ha sembrado el actual régimen en todas las regiones del país.
No se avizora que exista un cambio de rumbo o un re direccionamiento para modificar y hacer más eficiente los procesos de implementación del gasto público para beneficiar a los sectores poblacionales más empobrecidos.
Si bien es cierto que las previsiones de la inflación para el siguiente año podrían cerrar en el 1.35%, y el tipo de cambio en 20.36 pesos por dólar, existen factores que podrían obstaculizar el proceso de crecimiento.
Pero también hay que remarcar que uno de los principales escollos es la incertidumbre política que comienza a impactar no tan solo en los procesos del crecimiento económico, sino en el riesgo de país, y en la forma en que se incremente la inflación que previsiblemente podría llegar a 1.3%.
Me parece que el Presidente de la República tiene que pensar seriamente hasta dónde puede estirar la liga en materia política porque quizá sea el momento de conciliar con sus adversarios y no mantener esa tónica de confrontación en cada una de sus conferencias mañaneras.
En lo personal creo que ya perdió la capacidad de marcar la agenda del país, y tendrá que considerar la posibilidad de comenzar a hacer política y buscar consensos con sus adversarios.
Hasta hoy el Movimiento de Regeneración Nacional sigue siendo la fuerza mayoritaria, pero no podrá seguir avanzando pretendiendo instaurar un régimen hegemónico.
Creo que el Presidente de la República debe dejar la reyerta para hacer política a un lado y comenzar un proceso de conciliación, y eso quiere decir que tiene que dejar de ver enemigos en quienes militan o hacen política desde un partido distinto.
Seguir manteniendo una guerra contra sus adversarios políticos no le genera ningún beneficio a los mexicanos, por el contrario, la conciliación puede propiciar que todos podamos transitar por el mismo sendero.