Por Edron.-
La presidenta del Senado y una de las figuras más progresistas del oficialismo, Olga Sánchez Cordero, confía en que la Cámara Alta apruebe una ley que regule la “siembra, comercialización y consumo” de la marihuana recreativa antes de finalizar el período de sesiones en diciembre.
“Tenemos leyes muy importantes que procesar, una de cannabis que quisiera que saliera a la brevedad”, dijo Sánchez Cordero.
Ante los retrasos del Congreso para regular el asunto, en junio la Suprema Corte declaró inconstitucional la prohibición de la marihuana, pero sigue castigada en el Código Penal.
Sánchez Cordero afirma que: “todos los partidos políticos quieren una ley muy progresista”, porque en México “nos estamos quedando retrasados, relegados”.
“Nosotros nos formamos en una cultura prohibicionista en los 60 y la política prohibicionista venía de Estados Unidos”, denuncia contundente Sánchez Cordero, quien recuerda que su abuela compraba marihuana para ungüentos cuando no estaba prohibida.
La presidenta del Senado, que tiene enmarcado en su oficina un porro que le regaló una diputada en 2019, espera que la Cámara apruebe una ley “antes de que termine este periodo de sesiones, que ya falta poco”, pues concluye en diciembre.
Se instaló Comisión
Se instaló ya la comisión en el Senado que revisará la minuta sobre la regulación de cannabis y que tendrá el reto de quitarle las espinas y todos los errores que contiene la propuesta enviada por la Cámara de Diputados. Los senadores de la comisión de Salud y Justicia tendrán dos semanas para presentar un dictamen que agrade tanto a la Cámara alta, como a Palacio Nacional.
Salida del Gobierno
Sánchez Cordero, estrenó este despacho hace apenas dos meses, cuando asumió la presidencia de la Cámara tras dimitir como Secretaria de Gobernación, el ministerio encargado de la política interior en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
De 74 años y una dilatada carrera como juez y magistrada de la Suprema Corte a sus espaldas, la funcionaria defiende su labor durante tres años en Gobernación, donde trabajaba “siete días a la semana las 24 horas” y acudía al gabinete de seguridad del presidente a las 5:30 de la mañana.
“Es una secretaría muy desgastante desde el punto de vista, no solamente político, sino también personal. Son muchas las presiones y es un desgaste físico, mental y emocional muy fuerte”.
Asegura que bajo su dirección se fortaleció el sistema de justicia, se hizo un “trabajo espectacular” en la búsqueda de desaparecidos y se construyó una “relación extraordinaria” con los gobernadores, aunque su política de “mano suave” y búsqueda de acuerdos…“no se entendió”.
“Creo que hice lo correcto, si volviera a ser secretaria haría lo mismo”.
Con su salida, el Gobierno perdió la voz más progresista del gabinete, defensora del feminismo, el aborto legal y la regulación de las drogas, temas que no interesan a un López Obrador centrado en la corrupción y la desigualdad.
“El presidente tiene un punto de vista distinto al mío”, admite Sánchez Cordero, pues López Obrador cree que el neoliberalismo usó el feminismo y el ecologismo como una “cortina de humo” para esconder las desigualdades sociales.
“Siempre le he insistido que esta discriminación y pobreza es más severa tratándose de las mujeres que de los hombres. Este es el punto de diferencia con él. En todo lo demás estamos de acuerdo”..
Busca de Consensos
Al frente del Senado tendrá que pilotar las tres reformas constitucionales propuestas por el presidente en materia eléctrica, de seguridad y electoral para esta legislatura, que requieren del apoyo de la oposición para salir adelante.
“Me gusta la construcción de consensos”, insiste.
Sánchez Cordero, que de joven vivió la nacionalización del sector eléctrico, asegura que el Gobierno no tocará “ningún derecho adquirido a las empresas eléctricas”.
Y sobre la integración de la Guardia Nacional con el Ejército descarta que se trate de “militarización” y sentencia: “Ningún gobernador podría presumir que tiene una policía estatal y municipal fortalecida”.