Editorial
Sin caerles el 20
…Derrota del 2 de Junio
Las versiones catastrofistas que durante cinco años auguraron el inminente fracaso político de la 4T, sin que eso sucediera, ahora anuncian el desbarranco en la transición de poderes entre Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Se afirma que al imponer a rajatabla su reforma judicial y algunas otras en septiembre, cuando se instale la nueva legislatura con mayoría calificada, el mandatario busca no solo imponer su voluntad, sino también dejarle un país envenenado a su sucesora.
Las razones que se argumentan para esta tortuosa versión varían.
Desde quien la atribuye a una razón ideológica, es decir, que el gobierno de Sheinbaum nazca impotente y no pueda correrse hacia el centro, López Obrador, desea el fracaso de su sucesor para que nadie haga sombra o supere su éxito político.
Entiendo que son explicaciones terapéuticas para paliar el mal sabor de una derrota: la posibilidad de que algo eche a perder el triunfo del gobierno de la 4T.
Se afirma, incluso, que López Obrador está a punto de cometer el mismo error que Carlos Salinas, quien por orgullo y ego decidió no devaluar el peso mexicano y le dejó una bomba de tiempo a su relevo, Ernesto Zedillo, a fines de 1994.
No entienden que López Obrador está convencido de que la reforma judicial es necesaria para que el gobierno de Sheinbaum no sea obstaculizado como lo fue el suyo.
El semanario de Coahuila

