El semanario de Coahuila
Editorial
Instituto mexicano
Del Seguro Social
Ya no se puede decir que el IMSS está en capilla. Las serias deficiencias que tiene no son graves. Son gravísimas, es un asunto de vida o muerte y hasta más allá de la muerte.
Hablar de las tantas deficiencias y desatenciones nos permitirían llenar la revista y quedaría hasta para ediciones futuras.
Las fallas no son actuales. No son de ahora que dicen que están en crisis, ni mucho menos. Se arrastran desde hace tiempo. Son problemas que parecen no tener fin.
Problemas que se agudizan conforme transcurren los días y las quejas se acumulan sin respuesta porque ahí luego te salen con que nadie es responsable, nadie sabe, nadie supo…
Se pone de manifiesto que en el Seguro Social se agarran todos los funcionarios, directivos y sindicalizados, de que se encuentran en crisis. Como si los afiliados y derechohabientes tuvieran la culpa. Habrán de tomar muy en cuenta que los recursos proceden de los bolsillos de los patrones, de los obreros y del Gobierno.
Para nadie es desconocido que la mayor parte de esos recursos se van por el costoso régimen de jubilaciones y pensiones. Ahí alguien es responsable y no se debe afectar la atención médica por ese concepto.
Los ciudadanos no piden, exigen atención a la que tienen derecho.
Lo demás, a nadie le importa, son justificaciones estúpidas.