Revista Top Secret – El Semanario de Coahuila – Editorial 1612

11 marzo, 2024 en

 

Editorial

 México

…y la Democracia

El término “calidad democrática” ha venido ganando terreno en la reflexión teórico/política tras el período conocido como la “construcción del segundo piso”. Prácticamente todos los Estados se definen a sí mismos como democráticos y, en este sentido, lo que corresponde es el juicio y evaluación de su calificación, como la determinación de su calidad.

El adjetivo “democrático” es atribuible a regímenes que apenas reúnen ciertos requisitos como: cargos públicos electos; elecciones libres, imparciales y frecuentes; libertad de expresión; fuentes alternativas de información; autonomía de las asociaciones; ciudadanía inclusiva; parecen ser elementales en la identificación de una democracia y son comúnmente admitidos por la ciencia política.

Cuando entre los ciudadanos se difunde la convicción de que las instituciones políticas existentes, no obstante sus defectos y fracasos, son a pesar de todo mejores que cualquier otra solución institucional. Empíricamente, “desde el punto de vista de la consolidación, es más importante comparar consenso y ausencia de reacciones negativas a nivel de masas, y legitimidad (o legitimación) a nivel de élites”.

Sociedades con desarrollo y bienestar agregados altos, pueden no contar con regímenes de gobierno democráticos; pero también, contando con ellos, puede darse el caso de que éstos se encuentren “capturados” por élites económicas, como había venido sucediendo  en México con los neoliberales.

Se podría incluso imaginar que ciertos regímenes autoritarios mantengan un nivel de igualdad socioeconómica mayor que otros considerados democráticos, y que resulten todavía más igualitarios en cuanto a su desarrollo humano global al desagregar variables como género, etnia o raza.

De esta forma, aunque el piso mínimo de la democracia está puesto en el mismo lugar, el análisis sobre la calidad democrática puede llevar a distintas direcciones al considerar el papel que cada uno de los autores otorga a la igualdad.

Porque si no se cuenta con voz y participación en el momento en que se hacen las decisiones colectivas, ¿cómo se podrían proteger los bienes e intereses de los excluidos?.

No cabe duda de que todo órgano colectivo de deliberación y de toma de decisiones colectivas tendrá por fuerza que llegar a acuerdos que de modo circunstancial excluirán algunos intereses y pretensiones individuales o grupales. Dado que la regla de mayoría es el criterio decisorio fundamental de la democracia, todas las posiciones perdedoras son minoritarias por definición.

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