Editorial
PRI
La Muerte de un Coloso
Y su Larga Agonía
El priismo se niega a morir, se resiste, aunque tenga clavada la estaca de la desconfianza, del rechazo, del repudio de los ciudadanos. En agonía, el PRI está dando los últimos pataleos y ayes de angustia.
Las derrotas estrepitosas en pasadas elecciones y los vicios que sigue arrastrando en su interior, han sacudido duramente al PRI en el ámbito nacional y en muchas entidades, pues los diversos grupos están enfrentándose en busca del control de lo que queda y otros, desesperados, buscan saltar del barco en zozobra.
La desbandada se está dando y muchos vislumbran nuevos horizontes en otros partidos políticos. No se enfrentan a los problemas internos, ni a las sacudidas recibidas, para cambiar acciones, actitudes, eliminar vicios, reconocer errores y emprender una lucha democratizadora en el partido. Prefieren dejar atrás el oscuro pasado y saltar con la mochila de vicios a otros organismos políticos.
Los abusos y excesos de muchos priistas durante décadas, ya como presidentes, gobernadores, legisladores, alcaldes y funcionarios, y la corrupción desmedida del gobierno de Peña Nieto, con tantos gobernadores malandrines y abusivos, conformaron la estaca que los ciudadanos clavaron en el corazón tricolor.
Y el priismo no se levanta, se retuerce, pero incluso, en esta agonía, sus dirigentes no toman el estandarte de la democracia, ni realizan una autoevaluación, ni convocan a buscar caminos diferentes entre los militantes y seguidores que quedan. Siguen con los mismos abusos, despilfarros, francachelas y escándalos por esos desplantes frívolos y autoritarios.
El dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, en vez de levantar a su partido y buscar convertirlo en una verdadera oposición, sigue con los mismos vicios del ayer, favorecer a los amigos y compadres, buscar beneficios personales y de grupo y olvidarse de la democratización del partido.
Además, los escándalos lo persiguen por sus lujos y adquisición de bienes, así como por las fiestas y frivolidades a las que está acostumbrado.
El semanario de Coahuila
