Editorial
Tesla
Los Acuerdos de Bucareli de 1920 restablecieron la relación diplomática con Estados Unidos y promovieron el retorno de las inversiones. Para 1925 Henry Ford anunciaba la llegada de la primera planta de montaje de autos a México.
Hoy nuestro país ocupa la séptima posición en el ranking mundial de mayores productores automotrices y la primera en América Latina al producir cerca de 3 millones de autos al año. Hoy la industria vuelve a ser noticia y la pregunta sería: ¿por qué Tesla viene a México?
Para algunos es por la mano de obra calificada, para otros es la guerra comercial entre Washington y Pekín y las ventajas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), las que han convertido a México en un eslabón fuerte en la cadena de suministro en América del Norte y punto estratégico de exportación.
La decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de considerar como actividades esenciales a la industria de la construcción, la industria automotriz y de autopartes dedicadas a la exportación y la minería.
¿Qué hubiera pasado si no se hubieran tomado las medidas para proteger a la industria automotriz en nuestro país en los momentos más difíciles?.
No lo sé de cierto, pero lo supongo: hoy veríamos en las noticias que la soñada inversión se fue a China. Y para lograrlo la fórmula es del propio Ford: ir juntos es un comienzo; mantenerse juntos es progreso; trabajar juntos es el éxito.