Editorial
Abierta La Caja de Pandora
La tragedia que vive el periodismo en México tiene frentes abiertos: las empresas periodísticas, los políticos y el crimen organizado.
Veracruz, es uno de los puertos más importantes del País y una ruta estratégica para el tráfico de drogas, disputada por los cárteles del narcotráfico, es también el tercer estado más grande de México, y ofrece las condiciones para analizar a fondo la situación que enfrentan los periodistas y quizá para sugerir soluciones capaces de detener esta tragedia.
En México, los periodistas deben resistir en diversos frentes. Uno y escandaloso son las condiciones laborales, que ponen a los periodistas en un alto grado de vulnerabilidad lo que genera, en la mayoría de las ocasiones, una gran dependencia del poder político y hasta criminal.
Los reporteros de a pie en muchas ocasiones trabajan a destajo, a 50 pesos la nota o, si forman parte de una nómina, los salarios mensuales fluctúan en 5 Mil y 8 Mil Pesos.
Esto significa que, para completar un salario que alcance para vivir, los periodistas deben trabajar en tres o hasta cuatro medios. Las consecuencias son la inseguridad laboral, el trabajo de mala calidad, y una prensa uniforme y poco crítica.
En este escenario, los medios tienen una gran dependencia del poder político y gubernamental, puesto que muchos dependen del acceso al financiamiento público. Para sobrevivir, muchos medios se ven obligados a buscar convenios con los gobiernos, poniendo en “venta” la línea editorial, trabajando casi mano a mano con el poder político de turno.
El resultado es una escasa crítica al gobierno y manga ancha en el uso del dinero público.