Editorial
La Consulta
A pesar de que instruyó a todos los integrantes de la 4T para que publiciten la consulta sobre los emisarios del pasado, (ex-presidentes), López Obrador se saltó sus propias trancas y continúa hablando de la revocación de mandato.
Se trata de otra consulta, agendada para el año que entra, pero el presidente resolvió que es momento de calentar motores.
Alentó a sus adversarios para que se agrupen y les lanzó un anzuelo: no se necesita un porcentaje determinado de votos. “Si pierdo me voy”.
A muchos les parecerá una oferta tentadora, pero lo cierto es que el presidente fue electo para un periodo de seis años. No más, claro, pero tampoco menos. No hay razón de peso para alterar el calendario. Las instituciones importan.
La pregunta, en todo caso, no es sobre la consulta del año que entra, sino sobre la inminente, la del primero de agosto. Tal parece que el presidente asume que se quedarán cortos y busca cambiar de tema.