Editorial
Elecciones
Vamos a darnos un tiempo, tiempo para reflexionar, tiempo para dejar de lado las veces de victoria o resentimiento que pudieran surgir de nuestro interior, esas que nos elevan la soberbia o nos envenenan el sentimiento, tiempo para entender que si bien todos somos mexicanos, aquí en Coahuila somos hermanos, con diversas opiniones partidistas, pero hermanos al fin.
Ganó el que debía de ganar, el que la gente eligió en las urnas, pero ese es tiempo pasado, eso fue ayer, en una contienda por demás limpia y sana no nada más para Coahuila sino para todo el país, unas elecciones que deberán ser ejemplo para lo que viene, para ser espejo del 2021.
Los lloriqueos y sentencias de acarreos, compras de votos y demás aspavientos trillados en las redes sociales son parte de un infantilismo que solo demuestra cerrazón de entendimiento y tendencia de hacerse las “víctimas” de una situación que jamás es buena hasta que los favorece.
Se llegó el tiempo del diálogo, de que los participantes se junten en una mesa de trabajo para conjuntar proyectos y sacar buenas perspectivas para todos los coahuilenses, la contienda quedó atrás, el presente demanda limar asperezas y darse un abrazo fraterno.
Los coahuilenses lo demandan, hay necesidades, el ganador lo sabe y tiene un compromiso, ya no hay colores…hay trabajo.