El semanario de Coahuila
Editorial
Pensiones
Anunció el Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador una nueva reforma al Sistema de Pensiones, con bombo y platillo la dio a conocer, sembrando opiniones encontradas entre empresarios y quienes están a punto de jubilarse.
El temor es natural, para ambos, pues el mandatario nacional no se distingue precisamente por su honradez ni por su cacareada ayuda a los más pobres, sino todo lo contrario, además de que las empresas, la inversión y todo lo que represente crecimiento le importa un comino.
Se oyó bonito, la reforma viene vestida de muñeca de seda, atractiva y mejor antojable, pero igual se veía su proyecto de nación hace dos años y resulto vana la nuez.
Para que todo funcione en ésta nueva reforma, deberá ser sustentable a corto, mediano y largo plazo, porque tal vez se logre en lo inmediato beneficios para los trabajadores, y por supuesto, también sea un impuesto más, disfrazado para las empresas.
Esto no es bueno, porque se aumentaría el desempleo que ya de por si es galopante y la informalidad vendría a sentar sus reales, además de que el reloj de la bomba de tiempo que significan las pensiones reduciría el tiempo en que habrá de estallar.
Por lo tanto, mucho ojo trabajadores del 97, porque pueden ser los más beneficiados o los más golpeados, todo depende, y esto es por un corto tiempo, porque no se puede sacar dinero de donde no hay…lo siento por las futuras generaciones.