El semanario de Coahuila
Editorial
La Excusa Maestra
Con la excusa de no provocar derramamientos de sangre, ahora los mexicanos saben que viven bajo el régimen de los grupos de narcotraficantes y rezan diariamente para no verse en el medio de una guerra entre los diferentes carteles.
Culiacán fue bastante violento, algo que dejó con el alma en un hilo a la Guardia Nacional y al Presidente de la República que inmediatamente reafirmo, con el miedo a flor de piel que no quiere guerra con el narco, haga lo que haga, destruya lo que destruya y mate a quien mate.
Con las declaraciones del Presidente, todos los cuerpos de seguridad del Estado ya saben que no vale la pena actuar en contra del crimen organizado pues es mejor evitar enfrentamientos en los que no tienen ninguna posibilidad de salir bien librados.
Lo que le queda a la gente es confiar en que su pueblo sea tomado por criminales benevolentes que no quieran hacerles daño. Porque es usual que secuestren civiles, los extorsionen y les hagan la vida imposible.
El narcotráfico en México es ya un Estado dentro de un Estado. Lo que es peor, con protección del Estado mismo. (Que para nada necesitan esa protección, más bien es lo contrario).
Ya los carteles no solo extienden sus garras en pueblitos y zonas rurales, sino que se acercan y manejan ciudades enteras y las más importantes ante la complacencia del Sr. Presidente.
Hay una relatoría de lo que paso en Culiacán, pero el pueblo bueno y sabio sabe que es letra muerta, porque después de Culiacán todo México está solo, nadie lo defenderá ya de nadie.