El semanario de Coahuila
Editorial
4T
Al fondo
El 2019 no será buen año de estreno para el nuevo régimen instalado en México, al cual los pronósticos más tímidos dan una vida de al menos tres sexenios. No lo será porque es un régimen que basa su poder en el reparto de dinero, pero… no tendrá el dinero. O no el que necesita.
Porque el crecimiento económico será de 1.1 a 2.1 por ciento, según el propio gobierno. Un crecimiento tan bajo que no se ha vivido desde el “Error del Diciembre” de 1994, o “Crisis del Efecto Tequila”.
Sin embargo, la verdad es que la economía mexicana no crecerá este año arriba del uno por ciento, ya que (y eso se verá muy pronto) durante el primer trimestre, el crecimiento estará más cerca del cero que del uno por ciento.
Además, los ciudadanos le están tomando la palabra al gobierno de cuando estaba en campaña, en el sentido de que todos los gobiernos le roban el dinero a la gente. Ah, pues con la novedad de que ahora la gente, pues…no está pagando impuestos.
El Informe mensual de finanzas públicas de Hacienda indica que los ingresos del gobierno cayeron 3.9 por ciento en enero y febrero. Porque ya ni multas hay que pagar, la tenencia no hay que pagarla a tiempo y en muchos lugares ni la luz pagan.
Sí, el gobierno será más popular que el Cristo de un pueblo en Semana Santa, pero los ciudadanos no acaban de creerse que les irá bien, pues los ingresos del gobierno por el IVA bajó un ocho por ciento. La gente aplaude, pero deja de consumir: se llama incertidumbre.
Tampoco van a invertir las empresas extranjeras al nivel que exigen las promesas de entregas de dinero en los programas populistas que sólo consumen y no producen. La cancelación del NAIM y de las subastas del sector energético asustó a los empresarios.
Y menos aún los entusiasmó observar que los proyectos son otorgados sin licitación, como en la refinería de Dos Bocas, que fueron para empresas seleccionadas por decisión oficial directa: italoargentinas, inglesas y australianas con antecedentes de corrupción en otros países.
Otro ingrediente a la tormenta perfecta es que no habrá este año arranque del acuerdo comercial firmado con Estados Unidos, porque la aprobación coincide con año de elecciones allá y, el sentimiento anti mexicano es la baza principal del gobernante Partido Republicano.