Editorial
San Valentín
Se llegó el tradicional día de los bombones y los chocolates, la expresión más cursi de los enamorados, aunque también pudiera ser la más sincera.
No deja de ser un día comercial, eso no lo vamos a negar, sin embargo existen las dos vertientes. La de los invadidos por el amor que se visten hasta con calzones colorados y las de los despechados que viven esperando el día y la oportunidad de su venganza contra su malqueriente.
Primordial que nos enfoquemos en nuestras vidas y dejemos pasar las demás de lado, total, por ejemplo, no ganamos nada con defender a la gaviota, que seguramente se la pasara muy bien ahora que ya está soltera con sus millones y su casota blanca.
Seguramente Andres Manuel le mandará rosas y chocolates a Maduro, y los huachicoleros besos y abrazos para Deschamps, entonces, lo mejor que podemos hacer es reflexionar en nuestra propia vida y dejar el mundo que ruede.
Y apúrese, porque a final de cuentas le recalco, es solamente un día comercial y se acaban pronto los pasteles, los chocolates y los bombones…ah! Y también los condones.