Editorial
Doctrina Estrada
Muchas cosas huelen a viejo en esta administración federal, a rancio, a querer también llevar la contra a todo lo que signifique la menor alteración o crítica a un régimen que no tiene ningún plan de desarrollo y que ya está “chocheando” en la necedad que marca el tiempo biológico.
¿Que justifica la postura oficial de dar por buenos los hechos de Venezuela invocando como sustento la Doctrina Estrada, es decir, el principio de la no intervención en los asuntos internos de otros países y la autodeterminación de los pueblos?.
¿Qué nos justifica apoyar a ese régimen cuando vemos que los asuntos internos de Venezuela incluyen el atropello masivo a los derechos humanos: el asesinato, la tortura, la miseria y la mortandad provocada y el exilio inducido?.
Entonces entendemos que para nuestro gobierno hay dictaduras buenas, o sea las que vienen de la izquierda, y dictaduras malas, las que vienen de la derecha.
Es tiempo de rectificar, no solo por razones legales y democráticas sino por el más elemental sentimiento humano que nos dicta el razonamiento natural de protegernos los unos a los otros.