Editorial
La Gordillo
Pasaron cinco años y medio de permanecer procesada por los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero por Mil 978 millones de pesos provenientes del Sindicato Nacional de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales fue absuelta y puesta en libertad de manera inmediata.
Su liberación y su captura no pueden entenderse de otra manera que no sean por cuestiones políticas. Desde el inicio de la llamada reforma educativa, se opuso tajantemente a apoyar la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto.
En su última aparición, explotó contra la figura presidencial por dos motivos; ese día la Cámara de Diputados aprobó por mayoría de votos la llamada reforma educativa y la segunda fue porque en pleno cumpleaños enviaba un recado a Peña Nieto a través de Eruviel Ávila.
“Doctor Eruviel Ávila, por favor, transmita al señor Presidente que los maestros de México somos sus amigos, lo hemos sido siempre y lo seguiremos siendo por el bien de la patria”.
Elba Esther Gordillo no aguantó: “Ni amenazas ni nada me van a intimidar. Para morir nací. Quiero morir con un epitafio: ‘Aquí yace una guerrera; como ‘guerrera’ murió’”.
Cinco años después de su captura, sale libre, los dos últimos años, Elba Esther sufrió constantes negativas a ser trasladada a su domicilio; ya en la prisión domiciliaria se le negaron visitas, y aun así logró operar mediante su gente tanto las elecciones del Estado de México como los comicios presidenciales pasados.
Elba Esther Gordillo, sin duda, tiene mucho por recuperar, y uno de sus objetivos no sólo será el poder, sino recuperar el Sindicato Nacional de la Educación.