PRI …El Poder!!!

23 julio, 2018 en

PRI, Unidad…o RIP, División???

Enviado por Daniel Camargo y Andrés A. Aguilera.-   

Hoy varios lo quieren, pero hace algunas días pocos pelearon por él, se vio reflejado en las urnas y dio como resultado la estrepitosa caída del PRI a un doloroso -para los priistas- tercer y hasta cuarto lugar.

Los de hueso colorado y los liderazgos partidistas no operaron como debían y de manera fácil y rápida achacaron el resultado al tsunami Obradorista, algunos más conservadores afirmaron que gracias al hartazgo ciudadano fue que se dieron esos resultados.

La realidad de las cosas es que será muy difícil para el priismo nacional recuperarse de la caída, 3 años son pocos para remontar en las preferencias ciudadanas, la llegada del 2021 les dará la oportunidad de reflexionar y buscar estrategias que puedan ayudarlos a posicionarse nuevamente en el mapa político del país y principalmente en el gustó ciudadano.

Varios son los que se han pronunciado en público y en lo privado para poder dirigir los destinos del Partido Revolucionario Institucional, en diferentes estados de la República.

Lo llaman “la gran oportunidad de posicionar al partido como una opción ciudadana”, pero pocos de ellos hicieron su trabajo y obtuvieron resultados positivos en las urnas, a pesar de tener encargos específicos no cumplieron con ellos, y hoy día buscan ser ungidos para dirigir los destinos tricolores.

Tal parece que los priistas creen estar descubriendo la fórmula secreta del éxito político, afirman que incluir a la ciudadanía en las decisiones del partido es lo que hace falta para recuperar la confianza ciudadana.

Si lo pensamos un poco, esa es la misma fórmula que utilizó MORENA para hacerse llegar votos en esta pasada elección, el sentido de pertenencia de quienes emitieron su voto fue en gran medida lo que ayudó al triunfo de Movimiento de Regeneración Nacional.

De acuerdo a lo dicho por diferentes priistas, lo mejor para la renovación de la dirigencia será una consulta ciudadana, así es, la decisión podría dejarse en manos de militantes, simpatizantes y ciudadanos de a pie, la vida interna del partido podría quedar así en manos de los ciudadanos convencionales como usted y como yo, ahora falta saber si a la población le interesa participar en la vida, casi extinta, del PRI.

De acuerdo al dicho ciudadano y diferentes denuncias en redes sociales, la extorsión policiaca se ha agudizado, en las recientes  semanas se han visto muy activos a los elementos de tránsito municipal, no importa la colonia o fraccionamiento, el dinero circula en las calles, tal parece que la ciudadanía es adicta a la corrupción.

Tan fácil que es verificar, obtener licencia de circulación y de automovilista, pero no, prefieren la mayoría de habitantes, dar mordida sin percatarse que además del tiempo perdido, la inversión que se hace otorgando dinero a los oficiales de tránsito resulta muchas veces una mayor inversión que el haber realizado el trámite correspondiente.

Los procesos de transición en el gobierno municipal están comenzando, algunas se visualizan ríspidas y nada tersas para los gobiernos salientes, muy pocos son los que se han acercado a sus sucesores y buscado acuerdos de transición fáciles.

Ya veremos el primero de enero de este 2019 cuantas denuncias comienzan a darse a conocer por manejos irregulares en las cuentas públicas, o tal vez no suceda nada y aquellas promesas de campaña de quienes ahora son presidentes municipales electos queden solo en el imaginario colectivo.

Debe voltear a ver sus orígenes ideológicos

PRI

Refundación ideológica?

El Partido Revolucionario Institucional (PRI), aquel otrora instrumento del régimen revolucionario para mantener el control del poder político del país, uno de los instrumentos electorales más eficientes y eficaces del siglo XX, ha sufrido la más dramática de sus derrotas electorales.

Desde el año 2000, cuando perdió la Presidencia de la República, debió comenzar un proceso de recomposición, tanto al interior como al exterior, para poderse adecuar a los nuevos tiempos en la alternancia democrática.

Sin embargo, las pugnas internas entre las diversas facciones y grupos, junto con la disputa permanente por la presidencia nacional del partido, así como las coyunturas y condiciones políticas que le otorgaron el triunfo electoral en el año 2012, impidieron la concreción de este proceso.

Con un presidente de la República emanado de las filas de este partido político, lejos de un proceso de transformación, se retornó a los tiempos en los que el PRI era tratado como un apéndice del gobierno; una pieza más en el tablero de los juegos políticos del grupo gobernante, desatendiendo su historia, razón o circunstancia.

Sus documentos básicos fueron reformados con base en los intereses y no en razón de las necesidades políticas, económicas y sociales predominantes en México.

Sus basamentos ideológicos fueron modificados para hacerlos inocuos, acomodaticios a las necesidades del gobierno.

Su dirigencia fue impuesta desatendiendo la razón o la lógica, obligando a militantes a someter su trayectoria a pseudo líderes advenedizos, inexpertos y obnubilados por la frivolidad del dinero y el poder.

La voz de la militancia fue sometida -una vez más- abusando de la disciplina y lealtad a unos colores y símbolos que -para muchos- son la esperanza en un México democrático y con justicia social, pero que, en la práctica, para la mayoría de la gente, perdieron sustancia, contenido e interés.

Hoy el PRI se encuentra en la encrucijada más compleja de su historia: sucumbir ante el gran rechazo popular y permanecer estáticos hasta la extinción; o afrontar las circunstancias y transformarse y adecuarse a las nuevas circunstancias políticas de México -lo que implica asumir su papel opositor con responsabilidad- para ser la voz de quienes no se identifican con el nuevo régimen y convencer a la gente que aún hay cuadros, con responsabilidad y deseo de servicio, que pueden llevar los destinos de las instituciones gubernamentales con responsabilidad y -sobre todo- con visión social.

Para ello, no basta una simple reflexión en la que se escuchen lamentos y quejas, se requiere de acciones eficientes para reagruparse y reorganizarse en un contexto político sumamente adverso y la primera, necesariamente, debe ser la definición ideológica, pues ya no hay cabida para la indefinición ni las posturas acomodaticias.

Ahora -más que nunca- debe plantear una postura firme frente a este escenario en el que, por primera vez en más de dos décadas, una sola expresión política puede definir, sin aliados, los destinos de la República.

Creo firmemente que lejos de buscar soluciones mágicas o asumir posturas distintas al devenir histórico del PRI, se debe voltear a ver sus orígenes ideológicos, su objetivo por alcanzar una verdadera justicia social y reencontrarse con su naturaleza socialdemócrata y de izquierda progresista que, durante más de 70 años le dieron solidez al partido de la Revolución Mexicana.

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