PAN
Una crisis anunciada
ANMEX: Cristina Flores Cepeda
El partido Acción Nacional vive uno de sus peores momentos, en la víspera de las elecciones de 2018 donde ellos avizoraban la posibilidad de recuperar la Presidencia de la República que por dos sexenios estuvo en su poder.
Nada más lejano a eso ocurre hoy. Y no solo es la salida de sus filas de la ex Presidenta del DIF Nacional, Margarita Zavala de Calderón, que definitivamente les “pegó” con fuerza, pero la crisis va más allá pues entre ellos no han logrado ponerse de acuerdo y eso es sumamente grave.
Nadie ha señalado a cuantas personas arrastró consigo Margarita Zavala, pero tampoco han servido de nada las aclaraciones vertidas por su líder nacional Ricardo Anaya Cortes que, en el tiempo que tiene al frente del CEN del blanquiazul, debe reconocer que “le quedó grande la yegua” y no ha logrado unificar criterios, es más, no ha podido fortalecer liderazgos y eso se ve en el caso Coahuila donde su líder carece de un empuje para, al menos, estar presente en los medios.
Margarita lo dijo en su momento y lo dijo bien. Si Ricardo Anaya se siente “presidenciable” lo más sano es que deje la dirigencia del partido y se ocupe en fortalecer su figura, pero no lo hizo, al contrario, cada vez cerró más el círculo y eso lo han visto las personas que forman parte del partido en todo el País; obvio, el único que no se da cuenta es él y sus seguidores.
Pero no todo es mal para Anaya, porque definitivamente es una figura conocida y que obtendrá votos, llegado el momento para estar en la batalla por la Presidencia de la República, lo que no le garantiza el triunfo.
Ahí tiene ya fuera a Margarita y saltando las trancas como caballo desbocado a Rafael Moreno Valles que no permitirá quedarse en el camino cuando ya va avanzado.
El Partido Acción Nacional, ha vivido situaciones difíciles en varias ocasiones.
Podemos mencionar la que se vivió hace ya 40 años en 1976, entre el grupo de Efraín González Morfín quien fuera candidato a la presidencia de la República en 1970 por el PAN, y se opusiera a José Ángel Conchello quien lideraba al partido.
En aquel entonces no estaban ni tantito cerca de llegar a ocupar la Presidencia de la República, solo era un partido que buscaba crecer, que empezaba a posicionarse, pero el eslabón de la Presidencia era muy lejano. Hoy no.
Esa crisis al interior del PAN en el 76 se extendió hasta 1982, cuando el grupo de Conchello ya contando con el control del partido, postuló a Pablo Emilio Madero como candidato presidencial.
Luego en 1988, también ante un proceso eleccionario, donde hubo una coalición de partidos de izquierda que opacara la figura de su candidato a la presidencia Manuel J. Clouthier y del propio panismo.
Por supuesto esta coalición de izquierda tenía mucha fuerza electoral, la cual fue producto del hartazgo de los malos gobiernos priístas.
La izquierda encabezada por el hijo de Lázaro Cárdenas (ex presidente de México y general de la Revolución Mexicana), Cuauhtémoc Cárdenas, quien salió del PRI, para contender por la presidencia de México bajo el lema de Democratizar las Instituciones.
En esa posición el PAN tuvo que replantear su rumbo, más si esta agrupación deseaba ganar la presidencia de la República y de ahí iniciaron concertaciones que los llevaron a obtener –al blanquiazul- triunfos estatales.
De ahí el gran salto que se vivió en el 2000 con el entonces candidato presidencial Vicente Fox, que levantó ámpula en el mundo entero, pues acabó con 71 años del PRI en el poder y muchos pensaron que era la tumba del tricolor.
Dos sexenios bastaron para que los votantes le dieran la espalda al blanquiazul y de nueva cuenta asumió el poder el tricolor.
La esperanza e ilusión fue tan grande que se creyó que en 6 años se terminaría con problemas como: inseguridad, desempleo, pobreza, educación, etcétera, pero solo fue eso, una ilusión y precisamente en el segundo sexenio del PAN se vivió la peor tormenta de inseguridad en el País, a la que, por cierto, Felipe Calderón enfrentó con el ejército, pero no fue suficiente.
El panismo demostró que no pudo cumplir todas aquellas propuestas de campaña de su candidato presidencial y eso lo colocó en el mismo nivel de su eterno rival: Ellos no cumplen…y ustedes tampoco.
Para 2012 antes de empezar la batalla ya todo estaba dicho: El PAN fuertemente dividido y con traiciones al interior.
Llevaron como candidata a Josefina Vázquez Mota, pero fue tal el encono que no lograron ponerse de acuerdo y unificar fuerzas.
El resultado fue la derrota y luego el acomodo que trataron de buscar en los estados donde tenían gente ya colocada en diputaciones locales, en Presidencias Municipales, algunas Gubernaturas y ni qué decir de curules en las Cámaras. No fue suficiente.
Nada de eso ha servido a los panistas que encumbrados en las alturas no ven la desesperación que se vive en cada entidad en los comités estatales y locales del albiazul. La gente sufre, sus militantes de desmoronan a la par de las estructuras que no saben qué ordenes seguir.
La suma de todos estos factores son indicativos de la crisis que vive actualmente en el PAN. La salida de Margarita fue solo la gota que derramó el vaso.
Luego de la derrota de Josefina Vázquez Mota en la elección del Estado de México, Zavala culpó al dirigente nacional del PAN del resultado.
Era evidente que Anaya estaba más preocupado por cuidar su imagen y en buscar una alianza electoral de cara a 2018, que en ganar la elección de la entidad.
“Anaya se distrae en su tarea de jefe nacional del partido blanquiazul. Lo distrae sin duda alguna la candidatura de 2018. El domingo todavía ni se contaban los votos, ni había PREP y él ya empezaba a hablar de 2018. Eso no le ayuda al PAN”, dijo Zavala en aquel entonces y su voz fue de profeta. No le ha ayudado al PAN esa postura.
El PAN, como el resto de los partidos políticos debe entender que son instrumento para los ciudadanos, no de una persona ni de otra. Cuando eso ocurra el panorama, en todos los escenarios, será diferente…