Palabras Mayores

28 agosto, 2023 en

 

Libros de pre-texto (V)

 

David Guillén Patiño.-

¿Puede un morenista cuestionar libremente las decisiones de su partido o criticar abiertamente las posturas del presidente de la república? ¿Puede disentir sin recibir represalia alguna? ¿O simplemente supone que debe asumir la regla no escrita de actuar por sistema?

De lo que hasta ahora me he percatado, particularmente con motivo de la polémica sobre los materiales educativos del ciclo escolar 2023-2024, es que atreverse a diferir de su contenido definitivamente no es cosa menor. Al parecer, esta audacia acarrea serias consecuencias.

Lo anterior, si damos crédito a la reciente denuncia pública de Adela Ramos Juárez, docente y diputada federal por Morena, en el sentido de que, por rechazar los nuevos libros de texto, fue relegada por sus compañeros de bancada y recibió amenazas anónimas de muerte.

Aceptando el supuesto de que existen individuos con el ánimo de quitar del camino a quienes se oponen al modelo educativo que propone la administración de Andrés Manuel López Obrador, cabe entonces una pregunta clave:

¿En qué estriba realmente la importancia que otorga el Estado al contenido de los libros de la Nueva Escuela Mexicana? ¿Será que estos sí responden a un proyecto político orientado a un gradual adoctrinamiento marxista-leninista de los niños, asimismo, a iniciarlos en la ideología y perspectiva de género?

“Los marcianos llegaron ya, y llegaron bailando cha-cha-cha”, cantaría divertido hace días el presidente López Obrador en una de sus conferencias de prensa matutinas, a manera de respuesta a las afirmaciones de TV Azteca de que el Gobierno de México intenta implantar un modelo educativo de corte comunista.

“Se pasan”, dijo a la televisora el mandatario, quien el lunes pasado confirmó que, contra la oposición en algunos estados, sí serán distribuidos los paquetes de libros escolares, con todo y que por lo menos siete estados se rehúsan a utilizarlos, entre ellos, Coahuila, a saber, la segunda entidad a la que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concede suspender la entrega del material educativo.

Al margen, me entero de que, alrededor de las 19:00 horas del martes 22, la Secretaría de Educación estatal ordenó, a través de sus directores escolares, la cancelación de las reuniones que los consejos técnicos habían iniciado, a manera de “taller intensivo”, para capacitarse sobre el manejo de los nuevos libros.

Seguramente con motivo de la resolución de la SCJN, y como resultado de una reunión “urgente” que diversas autoridades educativas sostuvieron en esta fecha con funcionarios de la Subsecretaría de Educación estatal, del área jurídica y del nivel de primarias de la SEP Coahuila, a los profesores se les dijo que por lo pronto deberán olvidarse de los libros de la Nueva Escuela Mexicana y, en su lugar, utilizar los materiales del ciclo escolar anterior.

Así pues, este miércoles los maestros debieron incorporarse a sus respectivas escuelas, a fin de ocuparse de la organización previa al regreso a clases, parte de lo cual consiste en diseñar procesos de diagnóstico y, algo muy importante: reforzar las materias de español y matemáticas.

La actual controversia educativa ha adquirido diferentes matices, tanto entre maestros, como padres de familia. Por ejemplo, los papás de unos 300 alumnos de una escuela primaria de Chiapas se dieron a la tarea de quemar los libros de texto que recibieron. De esta manera, mostraron su rechazo a los textos e ilustraciones del material elaborado por la SEP.

Siendo más específicos, dichos progenitores no aceptan que a sus hijos se les instruya sobre la falaz existencia de modelos de familia diferentes al convencional, mucho menos que se les induzca a aceptar o involucrarse en las innumerables preferencias sexuales que han surgido.

Precisamente de esa entidad es originaria la diputada Adela Ramos Juárez, a quien cito al inicio de este artículo. Ella coincide con la opinión de los manifestantes de dicha escuela, como se advierte en sus recientes declaraciones ante los medios de comunicación en la Cámara de Diputados, de las cuales extraigo estos conceptos:

Respecto de las anomalías detectadas en los libros de texto para el ciclo 2023-2024, “es evidente –dijo– que no solo se trata de errores ortográficos y gramaticales, sino de intenciones dogmáticas y filosóficas que conllevan a un interés político con abusos exagerados, sesgando los derechos de nuestra niñez”.

“La educación debe ser el pleno desarrollo armonioso de las facultades físicas y mentales de nuestros niños y niñas, para una vida productiva, con pensamiento crítico, reflexivo, analítico y conocimiento universal”.

Hasta este punto, cabe otra cuestión: ¿Cuál será la opinión de las autoridades, maestros y padres de familia de países socialistas sobre el supuesto interés de la SEP en iniciar a los niños en el comunismo y la ideología de género?. Veremos…(davidguillenp@gmail.com).

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