*El pueblo sabio y bueno brinca de
felicidad ante las muertes de niños
por falta de medicinas oncológicas
y si no lo cree, pregúntele a los papás
Enviado por Carlos Ramos.-
De torpeza monumental la declaración del secretario de Salud, Jorge Alcocer, al indicar que “no hay urgencia” para suministrar medicamentos oncológicos a niños.
El Metotexaco no llega, no hay y lo que parece increíble, sigue en la nómina el titular del sector.
Varios padres de familia se han dado en la necesidad de practicar bloqueos viales incluso plantones al interior del aeropuerto internacional de la Ciudad de México.
Es perverso pensar y decir, cómo ha ocurrido, que se trata de una maniobra para desprestigiar al gobierno de la Cuarta. Eso raya en procesos patológicos más que de insensibilidad.
Los padres viven la tragedia de ver a sus pequeñitos apagar su vida día con día víctimas de esa enfermedad que destroza emociones y patrimonios.
Entre las autoridades se deslindan de responsabilidades y acusan incluso problemas administrativos con la Cofepris.
Como sea, no es la primera ocasión que se denuncia la incompetencia y la negligencia de las autoridades, recordemos la carta renuncia/denuncia presentada por el entonces director del IMSS, German Martínez.
En ese texto se dan las mejores razones que se puedan encontrar para entender que las cosas no están funcionando a pesar de las persistentes declaraciones del presidente de que los reclamos no valen porque no hay irregularidades.
Entonces podemos recurrir también a la carta renuncia/denuncia del entonces secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.
Y hemos subrayado que en las “mañaneras” se tienen, no únicamente “otros datos”, sino otra visión de lo que realmente sucede en todo el país.
A cada minuto, los jovencitos que no reciben medicamentos se acercan más a la muerte en tanto los gobernantes creen que somos felices.
Todo parecería indicar que no tienen la menor idea del drama que representa saber que un hijo se encuentra en fase terminal y que aún contra todos los pronósticos se intenta salvar su vida.
Y esto se convierte en desesperación e impotencia cuando no se encuentran los medicamentos.
Y de ahí a la irritación en el momento en que el burócrata declara a la fácil que “no hay urgencia” para procurar abasto de medicamentos.
Hasta donde la memoria histórica da detalles, no se había registrado un evento de esta magnitud ante la complacencia y complicidad del gobierno.
Y entendamos, lejos de hablar de simples seres humanos, el tema son los niños.
Quién Sigue???
Crece el número de periodistas agredidos y asesinados, se multiplica el feminicidio en el país, se vuelven a atacar a soldados mexicanos en Michoacán, otra vez, y en Guerrero.
Mientras AMLO dice “abrazos no balazos”, “soy pacifista”, “ el ejército no va a ser usado para reprimir”.
O sea, de 6 a 7 de la mañana el Presidente se reúne con lo que llama el gabinete de seguridad y sale a las mañaneras a declarar que todos “somos felices”. Lo cierto es que en las calles la violencia está fuera de control.
Asaltos de retenes falsos en carreteras contra traileros, rateros que hacen de las suyas en el transporte público, activistas que destruyen monumentos nacionales y propiedad privada, supuestos maestros y huachicoleros que secuestran casetas de peaje en todo el territorio.
Pero somos felices…Y brincamos de gusto cuando vemos la enorme corrupción y mafias como en la alcaldía de Tláhuac.
Gritamos de euforia al ver a seres humanos mutilados y colgados en Chihuahua. Aplaudimos a rabiar al enterarnos que no hay medicamentos urgentes para niños en fase terminal.
Brindamos toda vez que nos enteramos que en la “Seido” ni papelería hay para continuar con investigaciones contra el crimen organizado.
Si, vivimos en una permanente fiesta cuando acarreados abuchean a gobernadores o se nos hace creer que el desorden en migración es nada más un pleito temporalero entre Alejandro Encinas y el padre Solalinde quien, este último, se dedica a desprestigiar a todo aquel que no apoye a su “hermano” Andrés Manuel.
Nunca pensamos ser una comunidad tan intensamente feliz observando los frecuentes tiroteos ya no sólo en antros sino en la vía pública.
Escuchamos con felicidad los nuevos “spots” presidenciales para informarnos que desde que llegó la Cuarta Transformación ya no hay corrupción.
Nunca antes nos abrazábamos del gusto que nos da que en un año no han podido vender ese avión que ni Obama tenía.
Usted que me lee tiene la mejor conclusión, nada más por favor, guarde paciencia, no desperdicie las botanas porque la fiesta va para largo.