No busques la felicidad …Siempre está contigo!!!

22 abril, 2019 en

Agradece por los años de felicidad

*Buscando la felicidad, la fui

  ignorando día con día sin darme

  cuenta que siempre estaba conmigo,

  y hoy que soy viejo, me consuela

  el recuerdo de los años que se fueron

  y me invade la alegría de haberlos disfrutado

 

Por Juan Alberto López Sandoval.- 

Todo tiempo es mejor cuando lo disfrutas

Cada día me levanto con la gracia de Dios, muchas veces más cansado que cuando me acosté, pero me levanto, y agradezco por un día más, estoy viejo y no siempre el buen humor me acompaña, pero reflexiono en las cosas que pasan y supongo que el mundo, la sociedad y mi vida andan de cabeza, aunque en el interior estoy seguro que todo es correcto y que el universo marcha en realidad como debiera marchar, no importa que parezca lo contrario.

No sé a qué hora se me fueron los años, pasó en un abrir y cerrar de ojos y ahora aquí estoy, con el montón de lunas acumuladas sin saber qué hacer con ellas y sin poder contarlas, pero con el firme propósito de seguir juntando unas cuantas más, para que atesoren más recuerdos que difícilmente podré mantener en el pensamiento.

No me interrumpas, porque ya casi friso los sesenta años, y dicen las buenas costumbres que es de mala educación interrumpir una plática cuando alguien está haciendo uso de la palabra, pero en mi caso y en muchos más es diferente, porque ya rondando esta edad en donde todo se te dispensa en automático, pues si no entras atropelladamente a la discusión, entonces se te olvida lo que ibas a decir.

Disfruta tu trabajo todos los días

…En que estábamos?.. Ah! si, en la importancia de la felicidad, que muchas veces la relacionamos la verdad absoluta, esa verdad que siempre buscamos, en el hogar, en el trabajo, en los libros, en la religión, pero siempre con el miedo a encontrarla, porque entonces no sabremos para que la queremos ni qué hacer con ella.

Muchas veces he oído expresiones que en un tiempo se me antojaron filosóficas y de mucha profundidad, como por ejemplo que los años de antes eran mejores, que si la generación de los sesenta, que si el respeto de antaño, que si las melodías de antes, que si… mil patrañas que tratan de sobajar con cierta envidia las generaciones presentes y más las futuras

Lo cierto es que cada quien vive su época lo mejor que pueda y nadie le puede quitar sus buenos y malos momentos, que combinados hacen un excelente coctel de felicidad que determina la situación actual en que te encuentras, que es la mejor, aunque parezca lo contrario.

Cada época de tu vida es de grandes recuerdos

Crecí en los albores de los años sesentas, sin televisión, ni cine, mucho menos celulares ni la modernidad que existe actualmente, es más, sin hermanos, pues el Hacedor del Universo quiso que así fueran las cosas, pero en cambio, tuve grandes amigos que a la fecha conservo, algunos ya en el recuerdo porque se despidieron antes, en el viaje sin regreso, pero con la promesa de volvernos a ver algún día, en algún lugar, y eso lo tengo por seguro.

De lo anterior me queda una seguridad: Si has logrado acumular buenos amigos, amigas, cuídalas siempre, como el mejor de los tesoros, porque esas amistades con algo así como compensaciones que Dios te da, por los parientes que te tocaron.

Como la mayoría de los niños de aquel tiempo, en mi barrio éramos pobres, que digo pobres, paupérrimos, pero no lo sabíamos, nadie nos lo dijo, entonces no ambicionamos nada y fuimos felices en lo poco y en la nada, ahora lo sé.

Estas en el mejor lugar, aunque parezca lo contrario

Un día le dije a mi mamá, – yo nunca voy a tener novia, nunca me voy a casar, siempre voy a estar contigo – y recuerdo que ella dejó su costura, volvió su rostro, me miró, me sonrió y dijo, claro, siempre vamos a estar juntos… no me pregunte amigo lector sobre mi vida amorosa, va a decir que aparte de loco, presumido, pero creo que cuando uno es pequeño son cosas que se le dicen a la mamá.

Soy pantera, ya sin dientes y sin garras, pero pantera al fin, porque fui a la Secundaria Venustiano Carranza y me gane ese nombre, y también los más bellos recuerdos de la adolescencia, en ocasiones paso por enfrente y me detengo un momento a ver mi escuela, tal vez horas, pero no me doy cuenta, porque ahora saboreo la felicidad que te dan los años vividos.

Hay cosas que nunca aprendí, aunque me hubiera gustado, como el caso de aprender a andar en bicicleta, o nadar en el rio, pero no se me dio, igual que cuando crecí un poco más y miré a mis amigos que a escondidas empezaron a fumar, entonces yo también le robé cigarros a mi padre y les juro que hice todos los intentos por aventar humo, pero tampoco se me dio, y en aquel entonces pensé que me iba a faltar ese “estilo” que hasta muchas jovencitas tenían, y me preocupaba mucho el no poder hacer lo mismo.

Déjalos vivir su juventud, tú ya viviste la tuya

Pero gracias a Dios se me abrió el gusto por el trabajo, aprendí muchas cosas, porque la necesidad es la llave maestra que te abre la mente y te da habilidades desconocidas, oficios que me dieron los primeros centavos que orgulloso le entregué a mi madre que lloró cuando le extendí la mano…mi papá ya no estaba con nosotros.

La música fue noble conmigo, aquí en México y en la Unión Americana, la combiné con la Radio, siempre me gustó la locución y luego el renglón de las noticias, también en la prensa escrita y poco a poco me fui afianzando en esa etapa de mi vida que a la fecha conservo, ya son muchos años, te digo, no sé ni cómo se fueron yendo.

Mi madre también hace muchos años que partió, pero no estoy solo, tengo una familia que de vez en cuando me llama para saber cómo me encuentro, y los nietos, esos nietos a los que se les entrega un cariño malo, y digo malo porque el amor de abuelo es un amor consentidor, pero no tengo de otro.

Los amigos de ayer son los amigos de siempre

Ahora estoy viejo, pero no me siento así, aunque de mis achaques le echo la culpa a la modernidad, esa que nos envenena con refrescos de plástico, con botanas que engordan, y con alimentos enlatados que más pronto que tarde me van a mandar a saludar a esos viejos amigos que ya partieron.

Todo estresado he tratado de ponerme al día con los adelantos tecnológicos para que no me desplacen o me corran del trabajo, pues las nuevas generaciones vienen empujando duro.

Hacer un alto en el camino es bueno, es mirar atrás y ver las bendiciones que te ha dado Dios, agradécele por todo lo que te ha pasado, lo bueno y lo malo, porque todo ha sucedido exactamente para es hoy estés en el lugar en que te encuentras y créeme, es el mejor lugar, aunque parezca lo contrario.

Hoy sé que la felicidad siempre me acompaño

Disfruta por haber nacido en México, por ser coahuilense, no cualquiera tiene esa dicha, además, por tener muchas lunas acumuladas, por haber comido una tortilla de maíz con manteca de rana y chile del molcajete.

Alégrate que en la pesera (o combi) alguien se levante para darte el asiento, porque eso significa que has recorrido ya la mayor parte del camino, y que todavía andas dando lata en los caminos del Señor.

Agradece a Dios todos los días, por una nueva oportunidad de saber que no has encontrado la felicidad, porque siempre ha estado a tu lado y ahora te das cuenta.

La huella que has dejado es imborrable

Analízalo: qué harías si tuvieras la oportunidad de volver a vivir tu vida?…exacto!!!…Yo haría lo mismo: volvería a recorrer los mismos caminos, cometería exactamente los mismos errores y aciertos y haría una copia fiel de mí pasada existencia, porque eso me garantizaría volver a tener los mismos amigos, la misma familia, los mismos hijos…los mismos recuerdos…la misma felicidad.

Ya no busques la felicidad, porque jamás la has perdido… siempre ha estado contigo, disfrútala y estarás en paz, hasta el final de tu camino.

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