Las palabras salen sobrando
ANMEX: Redacción.-
Sabinas, Coah.- Nidia María ya no podrá abrazar a sus hijos; no los verá crecer ni formará parte de las actividades cotidianas de ellos. La asesinaron.
De acuerdo a las autoridades, el victimario fue su propio marido y es que México vive una crisis de violencia de género y feminicidios; tal parece que sólo cuando se comete el delito es cuando se elevan las voces y se establecen compromisos.
La realidad es que nadie sabe qué ocurre dentro de esas cuatro paredes dónde habitan víctima y victimario.
Ellas aguantan por diversos factores: porque no tienen a dónde ir, porque han vivido desde pequeñas una vida de violencia y abandono, porque no quieren regresar derrotadas a la casa paterna o porque tienen miedo al qué dirán.
Su existir gira en un círculo vicioso donde ellas no tienen tregua, tan acostumbradas están a sufrir que no consideran que tengan otra opción.
Los reportes en las demarcaciones policiacas suceden una tras otra y aunque ellas muestran los signos de la violencia a la que son sometidas por su pareja, les conceden el perdón por temor a una agresión mayor.
Sin embargo, no hay políticas públicas enfocadas a su rescate y hasta que mueren a golpes es cuando exigen castigo al culpable, cuando todos en su entorno se dieron cuenta lo que ocurría pero nadie pudo rescatarla.
Mientras no se reconozca la violencia contra la mujer en la magnitud que debe ser todo seguirá igual.
Quiere saber de horror? Bueno pues las cifras del INEGI establecen que en nuestro país 10 mujeres son asesinadas diariamente y uno de cada 10 feminicidios son contra niñas y adolescentes menores de 17 y de las mujeres mayores de 15 años vivas, el 66% ha sufrido algún incidente de agresión física, el 34% emocional, 49% económica y así sucesivamente en una cadena de llanto silencioso.
Los números son fríos y esto sólo es la punta del iceberg, pues muchos feminicidios ni siquiera se citan como tal porque las autoridades modifican la conducta del homicida como homicidios dolosos por ejemplo.
Si las cifras son tan claras entonces por qué no se puede evitar el feminicidio?, por qué no se ayuda a las mujeres a escapar del pantano donde se encuentran sumergidas y del que ya no se dan cuenta.
Porque viven en un entorno donde a diario les dicen que no son nada, que no vale nada, que nadie las quiere, que no sirven para nada.
Se los repiten una y otra vez, tantas veces que ellas lo dan por hecho. No sienten, no viven, porque respirar no es vivir.
Hoy Mary ya no está. Sus hijos sufrirán por su ausencia, sus padres le llorarán hasta el último día de su existencia.
Ojalá que su muerte sirva de ejemplo y aquellas que están en una situación similar tenga la fuerza de voluntad para escapar, para rehacerse, para entender que la vida empieza en cualquier momento y que sólo es cuestión que entienda que el amor no duele y no lastima.
Ojalá que el grito de Mary, ese que nadie escuchó, tenga eco en muchos oídos de mujeres qué necesitan, ahorita, que merecen ser salvadas.