-La estabilidad económica se ha esfumado
-Al PRI le corresponde ponerle fin a la pesadilla
de dolor, violencia, corrupción y pobreza, pero??
-El PRI con Enrique Peña Nieto no ha logrado
mayores avances
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es un partido político de México que mantuvo el poder político sobre dicho país de manera hegemónica entre 1929 y 1989, cuando perdió por primera vez una gubernatura, la del estado de Baja California (ante el candidato del PAN); posteriormente perdería la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados en 1997 y la de Senadores en 2000.
Desde 1929 todos los presidentes de México fueron miembros del PRI o sus partidos antecesores, hasta que se produjo la primera alternancia en el poder de manera pacífica en un siglo, en las elecciones federales del año 2000, cuando ganó por primera vez un representante de la oposición. Ese fue Vicente Fox, del PAN.
Hasta 1989 el PRI gobernó las 32 entidades federativas; en la actualidad gobierna en 15 estados de la República: Campeche, Coahuila, Colima, México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Nayarit, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, Yucatán y Zacatecas y también el estado de Chiapas en alianza con PVEM – PANAL.
A raíz de las elecciones federales de 2012, con un total de 164 diputados electos y 49 plurinominales, el PRI ganó la mayoría en la Cámara de Diputados y se colocó como la primera fuerza política en el Senado, con 41 senadores electos y 11 plurinominales, lo que lo hace la primera fuerza política nacional en el Congreso de la Unión.
Además, en dicha elección, el PRI logró recuperar la Presidencia de México con la alianza Compromiso por México en la persona de su candidato Enrique Peña Nieto, consiguiendo 19.226.784 votos, con el 38.21% de la votación, fue el candidato presidencial más votado en la historia del PRI, pero es el candidato presidencial priista ganador, con el porcentaje más bajo de votos, y el que menos estados ganó en la historia del PRI, desde Carlos Salinas de Gortari que había ganado 27 estados, el más reciente candidato triunfador priista y que ostenta el poder, ganó en 20 estados.
México atraviesa por una severa y compleja crisis propiciada por la incapacidad de los Gobernantes; no solo priístas sino panistas para gobernar, por lo cual el país navega sin rumbo y la estabilidad económica que presume el Gobierno es estéril.
Al PRI le correspondía ponerle fin a la pesadilla de dolor, violencia, corrupción y pobreza, que supuestamente el panismo le ha recetado a México a lo largo de doce años en los que Gobernaron, pero, ni reformas, ni anuncios, ni promesas…nada ha sido suficiente, el País, va a la deriva y eso es evidente en cada paso que se da.
El Presidente de la república es el peor calificado en los últimos años. La gente no cree en él, no tiene confianza en sus autoridades.
El régimen de derecha se ha limitado a mantenerlos equilibrios macroeconómicos, y en la actual década hemos tenido las tasas de crecimiento más bajas en los últimos 70 años. La evidencia la podemos ver con el gasolinazo, el aumento a los energéticos.
Además, el desempleo arroja a miles de mexicanos a la economía informal, frustra las expectativas de los jóvenes, y vergonzosamente tenemos los peores índices de comportamiento económico en el continente.
Somos líderes en pobreza, y mientras países como Brasil, Panamá, Perú, Uruguay, Chile, Paraguay y Argentina lograron disminuirla, México fue el único país latinoamericano en el que la pobreza aumentó.
La inversión pública en infraestructura ha caído drásticamente, y mientras antes en México se construían colosales obras hoy las cosas han cambiado, vamos por programas asistenciales que pretenden mantener el control en procesos electorales, sin embargo nada es más alejado de la realidad.
No es extraño entonces que el PRI se haya venido desvaneciendo electoralmente durante los últimos años, pese a las alianzas que han manejado.
La gente no les cree.
Hoy por hoy viven la peor de las crisis.
El problema, es que el Gobierno actual ha empobrecido la política y ha centrado su argumentación casi exclusivamente en los temas de economía, pero a nadie convence.
Es evidente la ausencia de una auténtica política social. Los marginados no están en la mira del gobierno, y así lo muestra la extensión de las colonias proletarias sin servicios y sin esperanza.
Las obsesiones electorales han contaminado la lucha contra el flagelo de la delincuencia, el 62 por ciento de la población del país percibe que vive un entorno inseguro, un 40 por ciento ha dejado de salir de noche, y los jóvenes de los 14 a los 21 años de edad se involucran en el 78 por ciento de los delitos cometidos.
La descomposición social que azota a México se caracteriza por el creciente desempleo, la rampante desigualdad, el crecimiento de la pobreza, la expansión incontrolada del crimen, y todo eso es cierto, pero no se ha dicho que uno de sus rasgos fundamentales es la mediocre dirección política.
La pobreza no se vence con dádivas y subsidios, sino con empleos permanentes y bien remunerados, con una efectiva y sustentable seguridad social.
Tenemos que volver a sembrar la mística de que éste es un país poderoso, capaz de superar las adversidades, volver a tener fe en nosotros mismos y en nuestras potencialidades, pero como ciudadanos la gente percibe muy diferente al PRI. Ya no comulga con los ideales por los cuales nació.
Así llegan a su 88 aniversario…Con varias derrotas sumadas a su haber. Y las que faltan.