Ofrecieron a todos; Morena ni pío hizo
El PT, un aliado salinista del morenismo
La sangre solo sirve para lavar las manos de
la ambición: Lord Bayron, poeta inglés.
Enviado por Víctor Sánchez.-

Si se quejaban de los priistas, ahora deberían estar avergonzados de sus actitudes totalmente corruptas.
Es inaudito, el trato que le dan a Emilio Lozoya, ex director de Pemex, involucrado en un cohecho por varios millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht.
Nadie ha recibido, como indiciado en un proceso tan escandaloso como el de la constructora carioca, un trato excepcional; de un brillante en joyería.
Es un escándalo debido a la incongruencia entre el discurso de la izquierda y los hechos, donde no tienen el menor escrúpulo para sobornar o comprar voluntades.
Si se quejaban de los priistas, ahora deberían estar avergonzados de sus actitudes totalmente corruptas.
El Partido del Trabajo nace en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en la oficina de su hermano Raúl, quien lo inventa para atraer a sus amigos de la Universidad (la UNAM) de Ciencias Políticas y Economía.
Todos ellos maoístas, adoradores de Mao Tse Tung. Decenas de esos jóvenes universitarios se enlistaron hasta en grupos guerrilleros en los sesentas y setentas.
Al paso del tiempo y bajo el cobijo del priismo, se enlistaron en grupos políticos legales y, de esa manera, lograron beneficios importantes y puestos en la burocracia nacional, con lo que se enriquecieron.
Piensan como Carlos Marx, pero adoran el estilo de vida de Carlos Slim.
Ese partido le dio entrada a políticos como Manuel Bartlett o Víctor Camacho, quienes estuvieron bajo el cobijo de Carlos Salinas.
Y, estimado lector, esto no sería nada relevante si no se supiera que es el enemigo de la actual administración. Por ello, hablo de incongruencias.
Político es sinónimo de corrupción, pero la izquierda nada tiene que ver con la honestidad. Si hay duda pregúntenle a Gerardo Fernández Noroña.
El semanario de Coahuila




