Los Muertos …de López Obrador

8 febrero, 2021 en

Su principal prioridad, no es velar por el bienestar de los mexicanos, sino destinar los mayores capitales que le permitan ganar la elección intermedia.

Enviado por Vladimir Galeana.-

Los médicos mexicanos, son de vocación, no son charlatanes, como el vocero de la salud, Hugo López-Gatell.

En la mayor parte de las redes sociales se comentó un episodio que pinta de cuerpo completo a la mal llamada Cuarta Transformación encabezada por Andrés Manuel López Obrador.

Y no es que pretenda culpar de todos nuestros males al Presidente de la República, pero si de algo tengo que culparlo de manera directa, es de las muertes que ha causado la omisión gubernamental de renunciar a mantener esa protección que nuestro sistema de gobierno construyó para la atención de todos los  mexicanos, y que desde su llegada colapsó con toda la mendicidad de lo que son capaces, condenando a muerte a muchos seres humanos.

No nos hagamos tontos, la principal prioridad de quien ocupa la Primera Magistratura no es velar por el bienestar de los mexicanos, sino destinar los mayores capitales para que su movimiento siga teniendo adeptos que le permitan ganar la elección intermedia de forma abrumadora.

Los mexicanos tienen que andar mendigando atención médica en los hospitales del sistema de salud que construyeron los gobiernos anteriores, y que fue desmantelado por el gobierno actual.

Lo que le otorgará la mayoría suficiente para enmendar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos para una posible reelección, tener el tiempo suficiente y maniobrar la instauración de un régimen populista totalitario al más puro estilo implantado en Venezuela, donde por desgracia desaparecieron los derechos sociales.

Y lo mismo está ocurriendo en este país, porque han desmontado todo el andamiaje de servicios sociales que construyeron los gobiernos anteriores, y me refiero no tan sólo al Partido Revolucionario Institucional, también al Partido Acción Nacional que demostró tener la misma vocación social para incrementar los apoyos del Estado a los ciudadanos con la pretensión de que los estratos desfavorecidos pudieran recibir la misma atención en los hospitales públicos.

Si bien es cierto que hubo carencias, la vocación de los médicos mexicanos, que no son charlatanes como el vocero de la salud, y que trabajan en esos hospitales, es evidente.

En las redes sociales circuló un video que retrata la lamentable realidad y muestra la mendicidad de quien por ahora nos gobierna.

Un hombre agonizó a las afueras del Hospital Magdalena de las Salinas en la Ciudad de México por presuntos problemas renales, y la única razón que se le dio a los familiares fue que tenían saturación y no podían recibir a más infectados de coronavirus.

Al enfermo de Palacio lo atienden a cuerpo de Rey, mientras al pueblo lo dejan morir sin recursos, camas, y sin médicos o medicinas.

Ante la insistencia de sus familiares porque sus problemas no eran de coronavirus, sino simplemente renales, se le negó el mínimo apoyo.

Patéticamente murió en las puertas de un hospital público donde no lo quisieron atender.

Mientras los mexicanos tienen que andar de un lado a otro mendigando atención médica en los hospitales del sistema de salud que construyeron los gobiernos anteriores, y que fue desmantelado el sistema de salud por el gobierno actual, cuando los periodistas relatamos los casos de que nos enteramos, el Presidente de la República monta en cólera y crítica a quienes por su naturaleza debieran ser considerados héroes de esta generación, porque ahí siguen de manera valerosa y profesional, porque siempre llevan en la mente el juramento Hipocrático que hicieron al recibir su título profesional.

Mientras tanto, el que juró cumplir y hacer cumplir la Constitución, ha estado dilapidando el dinero de los mexicanos en sus fines políticos, ese dinero que antaño se dedicaba a velar por el bienestar de la salud de todos los mexicanos.

Los desastres más brutales en la historia médica de este país ha sido el manejo de la pandemia asesorado por un sujeto que de científico no tiene nada y sí mucho de merolico oficialista.

Mientras al residente de Palacio Nacional lo atienden como si fuera un Rey, porque le gusta que le dispensen ese trato desde que vive en un Palacio, los mexicanos no somos más que los súbditos de esa maldita Cuarta Transformación que más que bienestar solamente nos ha traído desgracias.

Mientras al enfermo de Palacio lo atienden a cuerpo de Rey, al pueblo lo dejan morir sin recursos, sin camas, y sin médicos o medicinas.

Pero su mendicidad será la vergüenza de su estirpe, aunque se queden llenos de dinero. Al tiempo.

Hay cosas que en verdad no entiendo de lo que piensa y hace Andrés Manuel López Obrador. Y no es que pretenda controvertir sus personalísimas decisiones, pero nunca un mandatario en este país había impuesto su personal voluntad en campos que por desgracia desconoce.

Nunca un mandatario en este país había impuesto su personal voluntad en campos que por desgracia desconoce.

Y uno de los desastres más brutales en la historia médica de este país ha sido el manejo de la pandemia asesorado por un sujeto que de científico no tiene nada y sí mucho de merolico oficialista que antepone el interés de un proyecto de gobierno antes que la probidad que presuntamente debiera tener un especialista.

Para dejar las cosas en claro, la definición de científico es muy simple: persona que participa y realiza una actividad sistemática para generar nuevos conocimientos en el campo de las ciencias, es decir, que realiza una investigación científica.

En lo que va de la gestión del señor Gatell al frente de la pandemia, las cifras hablan de un total de dos millones de personas infectadas a lo largo y ancho del país, casi millón y medio de recuperados, y más de 165 mil fallecidos en cifras conservadoras que da a conocer el propio gobierno.

Pero…muchos especialistas han controvertido las cifras oficiales porque hablan de un conteo de muertes superior a los cuatrocientos mil mexicanos, lo que nos da una idea de la dimensión de la tragedia que han organizado por dilatar tanto los consejos públicos como la poca capacidad hospitalaria que utilizaron al principio del fenómeno pandémico.

Son los gobernadores quienes se han echado al hombro la tarea de generar conciencia para evitar que sigamos perdido vidas.

Los mexicanos han sido abandonados a su suerte, y hasta ahora no existen razonamientos certeros por parte de la esfera oficial para hacer entender a los ciudadanos de que se trata lo que estamos padeciendo.

Han sido las organizaciones de la sociedad civil, los propios empresarios, y los gobernadores quienes se han echado al hombro la tarea de generar conciencia para evitar que sigamos perdido vidas.

Pero por desgracia hasta ahora la instrucción del Presidente de la República es seguir minimizando la tragedia y ocultando las cifras reales para no provocar pánico entre los mexicanos.

Muchas muertes pudieron haberse evitado

En lo personal, pienso que hablar con la crudeza de lo que significa el coronavirus y los efectos en la condición de salud de los mexicanos desde el inicio, hubiera despertado mayores cuidados y tendríamos menos muertes que lamentar.

“Los muertos que vos matasteis no gozan de cabal salud”, y el tiempo cobrará el verdadero saldo del desastre organizado por un gobierno ausente que abandonó a su población, y las estupideces del merolico mañanero y presunto científico cuya tarea es el ocultamiento de datos y la dilación en ministrar información certera a los mexicanos.

Muchas muertes pudieron haberse evitado si se hubieran preparado profesionalmente a quienes encabezaron el ahora desastre mortuorio. Así de simple. Al tiempo.

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