Los albañiles y la Santa Cruz

30 abril, 2018 en

Albañiles celebran su día

 

ANMEX: Cristina Flores Cepeda.-

Provistos de la entereza suficiente para soportar temperaturas extremas, ya sea en invierno o en calor, los albañiles son un sector de la sociedad que esperan con ansias la llegada de cada fin de semana para “rayar” -muchos de ellos- en base a sus destrezas y habilidades o bien por sus largas jornadas de trabajo, pues ellos tienen hora de entrada pero no de salida.

No pasa desapercibido el 3 de mayo

Cada 3 de mayo se festeja el Día de la Santa Cruz, también conocido como el Día del Albañil pues se celebra a los trabajadores de la construcción quienes acostumbran colocar una cruz de madera adornada con flores y papel de china de colores en lo alto de la obra en construcción, previamente bendecida en alguna iglesia adonde acuden a dar gracias por su trabajo.

Los festejos del inicio de la obra y en especial del Día de la Santa Cruz incluyen comidas y bebidas en las obras, generalmente por cuenta del propietario o del contratista.

Entre cal, arena, andamios, varillas, alambre, vigas, bultos de cemento, los albañiles festejan mañana su día, el día en que el grito mezcla maestro calla para dar paso a una celebración de acuerdo a la tradición.

El 3 de mayo se festeja «El Día del albañil» y es la misma fecha en que se celebra el día de la Santa Cruz con este motivo los albañiles desde el sábado previo empiezan a construir su cruz de los mismos desechos de la obra para colocarla en la parte superior y más alta de la construcción.

En Sabinas la tradición lleva a la loma de la Santa Cruz, donde, cada año, Alfonso Trinidad Armendáriz (Q.E.P.D.) organizaba el evento con misa, reconocimientos y fiesta y ahora se trata de dar seguimiento.

Una celebración de tradición

Esta es una fiesta muy antigua, fiesta que conmemora a la Cruz en la que Cristo realizó su mayor sacrificio, y que además recuerda su triunfo sobre la muerte a través de su resurrección.

Con la llegada de los españoles, se erradicó esta evocación y se sustituyó por el simbolismo religioso de la Santa Cruz.     Desde entonces se estableció la celebración de esta fiesta con la construcción de casas, iglesias, conventos, y demás edificaciones con mano de obra indígena.

Así en casi todas las obras en construcción se hace una celebración a la que se invitan familiares y amigos de los albañiles, donde el padrino es el propietario de la edificación o en su defecto lo son los ingenieros o residentes de la obra.

Desde temprano los trabajadores de la cuchara acuden al lugar donde entregan su mayor esfuerzo, aunque esta vez, no lo hacen para trabajar sino para festejar.

Dentro del menú de la fiesta no pueden faltar algunos de los platillos mexicanos más tradicionales y populares entre este gremio, la barbacoa, el chicharrón, las carnitas de puerco, los tamales, la carne asada y sin faltas los frijoles al albañil -frijoles con chorizo-, chile y por supuesto, montones tras montones de tortillas calientes y salsa picante, sin faltar litros de cerveza.

El albañil es un hombre que pasa desapercibido para la sociedad, pero su obra ahí está, en muchas ocasiones hemos quedado impresionados al ver tan espectacular construcción, ya sea una casa, un edificio, un puente, un centro de convenciones y es el trabajo de muchos hombres que toman la responsabilidad de construir de la nada semejante belleza con solo utilizar sus manos.

Preparan con tiempo la santa Cruz

La gran mayoría de los hombres de la cuchara no cuenta con una vida llena de lujos, pero lo poco que logran conseguir lo disfrutan como si fuera el todo en sus vidas, algunos no están conformes por su estilo de vida tan pesada.

Es de los trabajos que más esfuerzo físico requiere y si bien es cierto que son los constructores de modernas y elegantes residencias, su hogar, muchas veces consta de unos cuartitos construidos de lámina de cartón, uno porque ganan poco y la mas de las veces porque lo que ganan lo despilfarran en bebida, principalmente.

Es necesario en muchas ocasiones largas jornadas de trabajo bajo condiciones adversas como son temperaturas a más de 45 grados bajo un sol intenso, pero aun así la gran mayoría de las familias se sienten orgullosas del albañil, incluso, es una tradición que pasa de generación tras generación.

Ellos no cuidan su apariencia externa, pues el trabajo que desarrollan los lleva a traer mezcla en sus zapatos, en la cara, en el cabello, pero no quiere decir que sean sucios, esa es la muestra del esfuerzo que realizan.

A pesar de que de vez en cuando se echen sus cervecitas, tienen en mente el darles a sus hijos una estabilidad económica, el darles lo que a él en algún momento no le dieron, el brindarles la oportunidad de estudiar y ser unos hombres o mujeres de bien, que no tengan que trabajar en jornadas tan pesadas y con una remuneración tan diminuta como lo es el sueldo de un albañil.

Más mezcla maistro

Ello saben también que hay temporadas en las que el trabajo escasea y a pesar de todo tienen que hacer el sacrificio para sacar adelante la familia, aunque admiten que hay temporadas donde les va muy bien y pueden llegar a juntar un guardadito.

Son precisamente ellos los que han inspirado a poetas y autores de canciones que son creadas por y para el albañil.

Quien no ha probado los tacos “albañileros”; si, esos que son recalentados.

Hasta en los restaurantes ofrecen en su menú, las papas albañileras que no llevan más que su buena dotación de cebolla, chile y tomate..

No se le olvide este tres de mayo, felicitar a los albañiles y, desde luego, visitar la Santa Cruz.

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