El semanario de Coahuila
Cuál es el denominador común en todo esto???…Que todas las encuestas fallaron, las grandotas y las chiquitas!!!
Enviado por Miguel A. López.-
Partiré de mi soberana opinión sobre las encuestas, jamás, nunca de los nunca he recibido llamada o cuestionario preguntándome por quien voy a votar, ni a mí, ni a ninguna persona que conozco.
…No creo en ellas, solo detecto que detrás de cada grafica existe, cierto, un trabajo que no refleja más que una pequeña parte de la realidad y que por algún tipo de disfunción y de algún miedo instalado en el subconsciente es que se han empoderado cada que se acerca un proceso electoral.
Las encuestas juegan en el casino de las posibilidades y son amasadas conforme a la mano que las paga, de eso no hay duda.
O que, ¿debemos desechar el sentido común y negarnos a aceptar que una encuesta no favorece a quien la patrocina?. ¿De qué o para que han servido las encuestas?.
En los últimos años, en distintos procesos electorales, el mundo de las encestas ha colisionado con la realidad, Hillary ganaría y…no, gano Trump, el Brexit no pasaría una prueba y…ganó, el plan de paz en Colombia seria aceptado y…no, en Costa Rica un candidato ganaría con 20 puntos de diferencia y perdió con esos mismos 20 puntos…pero en contra.
¿Cuál es denominador común en todo esto?…Que todas las encuestas fallaron, las grandotas y las chiquitas.
¿Por qué?…Porque sencillamente la gente no está diciendo realmente que hará, es su mini parcela de poder, su potestad, la forma en que engañan a un sistema que los defraudó, porque se les pega la gana, por lo que usted quiera, pero quien llega a ser cuestionado sabe que tiene ese privilegio, no manifestar lo que realmente piensa y eso está bien.
Es como acudir al médico y ante la pregunta de qué nos duele, decimos que l
a cabeza, cuando realmente nos duele las rodillas, el galeno atenderá la cabeza, mientras el paciente, si tiene el humor suficiente jugará con el conocimiento y paciencia del galeno.
Súmele al frustrante y engañoso mundo de las encuestas, el que los sistemas de muestreo no cubren a un país entero, con un padrón electoral de 80 millones de votantes y que poco o nada signifique el que sean entrevistados mil ciudadanos regados por el país.
La abismal diferencia en proporciones tumba las posibilidades de tener una radiografiar mediana cercana al resto del pastel, sin desconocer que en el caso de México, este se muestra como un kafkiano rompecabezas en donde los gustos y preferencias varían diametralmente entre el sur, el centro y el norte del país.
Hacia el sur la fuerza de los populistas tiene más arraigo, la cultura asistencialista ha llegado más profunda por esos rumbos, pero no es así hacia el norte, con sociedades más pujantes y autosuficientes, lejanas a la idea de los mesiánicos, y concentrados en la cultura del progreso, son realistas y prácticos.
En el centro, con los aires de la intelectualidad del centro se mantiene más la conservación del estatus quo, y aunque se consideran progresistas o de izquierda, existe aún una llama de conciencia que no arriesga y se divide entre ilusionistas y políticos estables.
Vamos, quien pretenda vender la idea de que en este proceso electoral habrán, casas encuestadoras que triunfen será porque desconocen la realidad de las mismas: la poca credibilidad con la que se manejan.
Así pues, junto con algunos soñadores que ya sienten el peso de la banda presidencial en el pecho, también habrá muchos encuestadores que tendrán que dedicarse a otra cosa por su inminente fracaso.
Apúntelo…aquí se lo estamos advirtiendo.