Enviado por Dr. Gustavo Adolfo Pérez.-
Desde que Joaquín Hernández Galicia, “La Quina,” fue apresado al comenzar el gobierno de Carlos Salinas en 1989, se instauró en el argot político mexicano el acto propagandístico denominado el “quinazo.”
Tal cual, se refiere a lo que se llama también “cacería de brujas,” o la búsqueda de un “chivo expiatorio.”
Esta es una acción altamente mediática, por la cual el gobierno entrante busca posicionar su fortaleza en la percepción de los gobernados y sobre todo, ante posibles detractores políticos.
La Quina, fue líder del Sindicato de PEMEX, abiertamente opuesto a las políticas neoliberales que abanderaba el nuevo presidente Salinas.
La Quina fue depuesto, para que el Sindicato terminara en las manos de Sebastián Guzmán y finalmente del hasta ahora polémico Carlos Romero Deschamps.
Elba Esther fue un “quinazo”
El pasado martes 7 de agosto fue absuelta de los delitos perseguidos, por delincuencia organizada y lavado de dinero. Elba Esther, se convirtió en el chivo expiatorio del entonces gobierno entrante de Peña Nieto. Funcionó, pues la actual Reforma al sistema educativo difícilmente podría haber avanzado con un liderazgo como el de Gordillo.
¿Coincidencia con que su absolución sea dictaminada un día antes de la constancia de validez de AMLO?. Habrá quien lo crea.
Es sabido que la familia de la maestra Elba Esther, sobre todo, a través de dos de sus nietos más cercanos, brindaron su apoyo a Andrés Manuel.
No es casualidad que Nueva Alianza, el partido que Elba Esther construyó, esté a punto de desaparecer. Sus dirigentes purgaron al partido de los aliados de Elba Esther, decidieron apoyar al PRI y perdieron colosalmente. La maestra, hábilmente apostó por el ganador.
Con Elba Esther libre, el Sindicado Nacional de los Trabajadores de la Educación, volverá a tener control, aunque sea tras bambalinas.
Hay que recordar, que la maestra ha sufrido varios achaques de salud, lo cual no le permitirá regresar a la vida política de lleno.
Pero la maestra es una líder por naturaleza, es seguro que buscará retomar el control de los asuntos que dejó pendientes tras su detención.
Una de las principales operadoras de Andrés Manuel, la Dra. Olga Sánchez Cordero, afirmó de inmediato, que las acusaciones que se le imputaban a la maestra Elba Esther eran endebles.
Como muchas otras malas investigaciones de la PGR, eso es algo que no se puede ocultar.
Hay un mensaje entre líneas: la maestra es inocente, al menos ante los ojos del ganador presidencial. Pero la absolución de la maestra, en realidad no tiene que ver con una decisión magnánima de Andrés Manuel, es más, no tiene que ver con supuestas presiones, sino con el actuar estratégico de otro poder político bastante hábil: el Poder Judicial.
El hecho, de que los ministros de la Corte hayan aceptado asistir a la entrega de constancia a AMLO, deja en claro, que éste recibirá su apoyo pero esperan reciprocidad.
Elba Esther, es una muestra de la “reconciliación,” una ofrenda hacia el nuevo gobierno. Quienes piensen que el Poder Judicial, no tiene o no entiende el juego político, están equivocados y gran parte de lo que pasa en nuestra sociedad depende de sus decisiones.