*Yalitza Aparicio le da bofetada
con guante blanco a Trump y
brilla con luz propia en la Meca
del cine internacional
Enviado por Roberto Cienfuegos.-
De nueva cuenta, México, esta vez y por vez primera en la historia a través de la meritita indígena oaxaqueña Yalitza Aparicio, la novel pero definitiva protagonista de la cinta de Alfonso Cuarón -¿habría que detallar más?
Dio un sonoro sopapo absolutamente diplomático nada menos que al presidente Donald Trump, de Estados Unidos, ese bisonte que hace dos años se desplaza sin ton ni son en la Casa Blanca y reverbera con más pena que gloria en la escena internacional a través de sus trinos, berrinches y sandeces sin fin.
Sí, es que aún sin haber conquistado el Óscar como mejor actriz en la cinta mexicana “Roma”, antes Aparicio se la apareció con toda su contundencia al señor Trump, hasta hacerlo estremecer seguramente de cólera, ira y todo tipo de emociones insanas, egoístas y petulantes, propias del magnate del tabique, que recibió merecidamente un bofetón en su propia casa con el reconocimiento mundial que ya logró la “inche india” mexicana como la llamó la estulticia de Sergio Goyri, quien todavía supura a estas horas por la herida.
Yalitza Aparicio, también le puso en claro a Trump, de manera contundente y seguramente sin proponérselo, la perversidad de sus apreciaciones sobre México.
Como sabemos, en junio de 2016 cuando Trump anunció su decisión de competir por la presidencia de Estados Unidos bajo la tolda republicana, dijo que “cuando México envía su gente, no envían a los mejores, envían gente que tienen muchos problemas”.
Los inmigrantes mexicanos “traen drogas, crimen, son violadores”, apuntó el entonces aspirante a la presidencia estadunidense.
Pero cómo le habrá quedado de nueva cuenta el ojo a Trump, quien ya en la entrega de los Oscar en 2018, se llevó el chasco de su vida cuando hasta Hollywood, la llamada meca del cine mundial, reconoció entonces “La forma del agua” con cuatro Oscar, incluyendo dos al cineasta mexicano Guillermo del Toro por mejor película y mejor director.
De igual forma “Coco”, una animación con tema mexicano, conquistó entonces dos Oscar.
Así que si no es la primera vez que lo mexicano le propina un rotundo revés a Trump, aunque si la primera en que una indígena, una mujer y una mexicana, el triple perfil único de Yalitza, le pone el ojo moro. Y qué bueno.
La indígena mexicana, la paisana de don Benito Juárez, ha hecho el mejor papel hasta ahora de su vida dentro y fuera del celuloide al callar bocas de no pocos ignorantes, entre ellos la venezolana Conchita Alonso.
Por favor, qué papel tan lamentable y vergonzoso han desempeñado este tipo de seres al descalificar tan inútil como mezquinamente el talento y valor étnico singular de Yalitza Aparicio, quien me ha hecho recordar aquella cinta protagonizada por Bárbara Streisand: “Nace una estrella”.
Espero ahora que con tan merecido reconocimiento al haber sido nominada, aunque no haya ganado, que a los únicos que no regocija es a los mezquinos, racistas y antimexicanos, Yalitza, inicie una carrera cinematográfica capaz de proyectar lo mejor de nuestro México al mundo entero. ¡Albricias!
Y enhorabuena a la Aparicio! Que su trabajo le costó llegar al sitio de honor donde hoy está, con o sin Óscar.
OSCAR
Enviado por Carlos Ramos
Y bueno, se cumplió el ceremonial de la entrega de la estatuilla más preciada para la industria cinematográfica, el Oscar. Y observamos variables que en nada favorecieron al evento.
La primera, sin duda, es la abierta manipulación de los nominados bajo los intereses económicos y políticos de la cúpula del cine en Hollywood.
Sabemos y hemos constatado que de acuerdo a la corriente ideológica del momento, el certamen varía de la defensa a las mujeres y género, a la exhibición del racismo o el control migratorio.
En esta ocasión, una transmisión muy prolongada y sin maestro de ceremonias, pero sí malísimos e improvisados actores con pésimos chistes y de mal gusto.
Una competencia que de lejos parecía injusta al poner a competir a una novata mexicana con figuras como Gaga o Glen Close.
Las grandes divas de cine mundial enfrentadas a una indígena que ni de cerca cumplía los requisitos para estar ahí.
Una industria que intentó equiparar a Yalitza con el conocido esquema de la figura germana, nórdica o anglosajona.
Se le criticó por su inexperiencia, su físico y su vestido (quizá esperaban verla con taparrabo e incrustaciones de obsidiana).
Yalitza, entre todas y todos ganó lo mejor, el respeto de millones de personas por su estatura moral y su dignidad además de lo que carecen muchas de las luminarias: clase y modestia.
Esta vez no se trató de películas de guerra en donde hasta de las derrotas obtienen beneficios, ni de éxitos espaciales.
Lo mejor de lo mejor se lo llevó una cinta en donde el chofer es blanco y el pasajero dominante de piel oscura.
Sin embargo en los últimos años, son nuestros mexicanos, González Iñarritu, Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón, junto con el “chivo” Emmanuel Lubezcki, han demostrado la gran creatividad que puede aplicarse a una proyección en pantalla grande.
Los actores más renombrados buscan contratos para ser dirigidos por los nuestros y son testigos que el ingenio y temple pueden colocar en la máxima cima del reconocimiento a mujeres como Yalitza.
Cuestión de Enfoque
En lo particular ROMA no satura mis expectativas, lo digo con franqueza. Reconozco la idea, la ambientación, la fotografía, pero no el ritmo, ni los parlamentos ni la historia. Y mire he tenido largas charlas y debates al respecto.
Así es ROMA y así hay que calificarla. Pero considero que de ese tiempo, de esa década, de esa época México mostraba mejores, mucho mejores cosas que la diarrea de un perro o los lavaderos pobres de las azoteas.
Hay excelentes historias de triunfo que contar que la de una, como dirían antes, criada, sirvienta, muchacha y hoy trabajadora doméstica.
Veníamos como nación del llamado Milagro Mexicano, de esa época que relata Cuarón, en donde floreció la clase media mexicana, donde la educación daba oportunidad a los niños y la UNAM futuro a los jóvenes.
Tiempos en donde había valores y respeto a la autoridad. La familia era el núcleo que detonaba unidad social. Una colonia, Roma, que generó cambios sociales ascendentes, no decadentes. Una ciudad emergente, naciente, con vida, con ánimo y carácter. Un país que empezaba a deslumbrar.
Ahí estaba un centro hospitalario que se convirtió en eje motor de la medicina en América Latina, pero eso no se ve en ROMA, sólo alcanzamos a percibir tendederos o colonias abandonadas a la deshonra y pobreza.
Que existen, claro que sí!. Ahí están como en muchos países más, incluyendo a los que se pavonean como del primer mundo.
Miseria encontramos, niños famélicos también, abandonados y víctimas de maltrato familiar muchísimo, drogados y contagiados de enfermedades terminales por miles.
Pero qué existe en nuestro mundo, en nuestros recuerdos, en nuestra infancia que queremos mostrar al mundo?, ese es el fondo.
Conservo fotos color sepia increíbles, gran cantidad en blanco y negro.
Yo tendría mil anécdotas maravillosas de mi familia, mi infancia y mi colonia, muchísimo más importante que un patio lavado una y otra vez para sanearlo de desechos fecales por una trabajadora doméstica que por manejar una escoba pretende llevarse un Oscar.