El semanario de Coahuila
Cada gobernante intenta imponer su modo de hacer las cosas y cuando se va, todo queda igual o peor que antes
Enviado por Ciro Castillo.-
La receta más reciente que nos quieren “recetar” es la reforma energética
Cada uno con sus ideas, nos hicieron creer que habría un giro en este país, el cual, carece de un proyecto a largo plazo
Por qué será que cada gobernante se asume como el salvador de este país. Intenta imponer su modo de hacer las cosas y cuando se va, todo queda igual o peor que antes.
Es, como se dice coloquialmente, la misma puerca, solo que a veces más revolcada.
Lo vimos desde el salinismo y su “solidaridad”; luego con Fox con promesas de cambio; con Calderón, la guerra contra el narco; con Peña Nieto, una serie de reformas y ahora López Obrador con su pregonada Cuarta Transformación.
Cada uno con sus ideas, nos hicieron creer que habría un giro en este país, el cual, carece de un proyecto a largo plazo; es decir, falta una especie de guión del que nadie se pueda salir.
Si cada sexenio reinventamos el café, entonces nada va cambiar en esta nación.
La receta más reciente que nos quieren “recetar” es la reforma energética.
Manuel Bartlett, ahora se presenta como el gran defensor de la Ley Eléctrica
Ya vivimos esa película con Enrique Peña, a quien por cierto, unas “imprudentes” mujeres le gritaron en Italia.
Nos dijeron que la reforma energética sería la panacea. Que mejoraría la producción de energías limpias. Que bajaría el costo de la luz. Bueno, ya lo platicamos antes, nos prometieron hasta “baños” de primer mundo en las gasolineras, a las que solamente dieron una pintada. En tres palabras: la misma puerca.
Spoteo
Así como en el sexenio pasado nos bombardearon con miles o quizá millones de spots para hacernos creer que la Reforma Energética era la mejor opción, ahora nos bombardean en la 4T, con todo y austeridad.
Manuel Bartlett, al mismo que tanto se criticó por haber tirado el sistema y así evitado que Cuauhtémoc Cárdenas ganara la Presidencia de la República en 1988, ahora se presenta como el gran defensor de la Ley Eléctrica.
Entendemos que los que construyeron la 4T, como el mismo Presidente, se pongan la camiseta y defiendan su propuesta de reforma a capa y espada, pero que sea Bartlett el salvador de la Patria mexicana?. Como que algo no cuadra.
“La luz era nuestra y ahora te la devolvemos”, dicen los anuncios que en días recientes comenzaron a inundar la radio y la televisión.
En el sexenio actual, porque la idea empata con millones de mexicanos que por supuesto queremos a esta nación, nos seducen con la palabra soberanía.
La iniciativa lopezobradorista plantea que el 54 por ciento de la producción eléctrica quede en manos de la CFE y el 46 restante para la inversión privada.
De acuerdo con la organización “México, Cómo Vamos”, de los 627 legisladores (Diputados y Senadores) actuales, 50 estuvieron en 2013
Para que esta reforma energética sea aprobada, requiere al menos 334 votos a favor en la Cámara de Diputados
Es un gran negocio, dicen los defensores de la reforma, vendiéndonos de nuevo la idea de que esta vez sí nos irá mejor. Esta es la buena, presumen; sin embargo, esa película ya la vimos varias veces y en diferentes colores.
El morbo
Lo que sigue llamando la atención es qué posición adoptarán los legisladores que votaron la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto.
Serán congruentes y seguirán el mismo camino o se camuflarán para estar a tono con los nuevos tiempos?.
De acuerdo con la organización “México, Cómo Vamos”, de los 627 legisladores actuales, 50 estuvieron en 2013 cuando se votó la anterior legislación; 38 son diputados federales y 12 senadores.
De esos legisladores, según el estudio de la organización citada, más del 65 por ciento votó a favor de la reforma peñista y ahora estarán contra la pared, y en la mira.
En la cámara revisora, es decir, en el Senado, se requiere que al menos 85 senadores den el sí
Y para no desentonar, hay de todos los colores: del PRI, del PAN, del PVEM, de Morena, del PT, de Movimiento Ciudadano y hasta del moribundo PRD.
Para que esta reforma energética sea aprobada, requiere al menos 334 votos a favor en la Cámara de Diputados, asumiendo que el día de la votación lleguen todos.
En la cámara revisora, es decir, en el Senado, se requiere que al menos 85 senadores den el sí, a la que, ha dicho, AMLO, es la cereza en el pastel de sus reformas.
Adicionalmente, 16 de los 32 congresos estatales también deben validar esta legislación, aunque ahí ya sabemos que es otro cantar.