Enviado por Miguel Ángel López.-
Adiós PRI 2018, bienvenido PRI 1970…
Ese podría ser el título de la crónica de lo que estamos viviendo, la entronización nuevamente de un solo hombre en la línea de decisiones, con escasos contrapesos, con fenómenos que se habían olvidado como la cargada.
La sumisión, las planas en los diarios felicitando a el nuevo presidente, con la imagen de los congresos casi bajo control de un solo personaje, llevándose a la bolsa y a la historia una montaña de más de 30 millones de votos…
Regresamos el reloj 40 años, pero la monografía tiene variantes, ahí están las declaraciones de Urzúa, quien llevaría la hacienda pública, habla de no endeudarse, muy bien, “cero déficit”, mejor…pero en el aire queda la sensación de que en aras de castigar al PRI de los itamitas, se decidió volver al PRI monolítico, a aquel que orbitaba en torno al gran tlatoani.
Nos queda confiar en que somos un país que hemos aprendido las lecciones y que este bono democrático otorgado al presidente electo Andrés Manuel López obrador, no será el tan anunciado suicidio de las libertades.
Habremos de ver, si, un relanzamiento del país con nuevos bríos y con un espíritu mucho más incluyente y pacifista, en donde se ataquen las causas de todos nuestros males, como lo es la corrupción, y se curen las abismales diferencias de clases mostradas entre ricos y pobres.
El mayor reto de los que llegan es el de no perder la cabeza creyendo que el pueblo de México los ha investido de un halo divino, y que habrán de perdonarles si estos llegan a fallar, en realidad, Morena está en donde está, debido al enorme fracaso de este gobierno, que no supo ni comunicar ni asumir con humildad el descalabro en sus niveles de aceptación gracias a el rosario de escándalos que fueron coleccionando..
El próximo mandatario tiene la oportunidad de llevar a una nación muy agraviada a mejores condiciones, tiene que demostrar que no solo se hizo acompañar por personajes de dudosa reputación sino también de hombres y mujeres realmente brillantes que mucho bien le harán a México si se les permite trabajar.
Andrés Manuel López Obrador ha enviado señales muy inteligentes y que hasta el momento aportan bálsamo a las heridas y dudas, pero viene lo bueno, tocará ser gobierno y lejos de sentarnos a ver cómo lleva el timón, todos deberemos asumir una actitud mucho más participativa, no abandonar la crítica, pero no entregarse a la demolición de nadie.
Servir de contrapesos serios ante el peligro de que tal concentración de poder en un solo hombre nos regrese a las épocas de Plutarco Elías Calles o del presidencialismo absoluto, de aquella dictadura perfecta.