El semanario de Coahuila
Juan Alberto López Sandoval.
Redacción.-
Sabinas, Coah.- Juan Alberto López Sandoval no pasó por este mundo en vano.
Cumplió su misión de vida y lo hizo bien. Cultivó amistades a granel por su forma de ser clara, de frente, trasparente, porque solía reírse hasta de lo que a él le ocurría.
Amante de la música y la bohemia. Lo mismo entonaba canticos religiosos (porque formó parte del coro de la Iglesia Católica hace algunos ayeres), que interpretaba a Vicente Fernández, Maná, Rocío Dúrcal y la banda MS, así de versátil, tanto como su existencia.
Locutor, periodista, mariachi, aventurero, jornalero y fotógrafo.
En ocasiones todo en uno y otras veces decidido a que llegara el tiempo de la jubilación; estaba a un paso de ello pues el 21 de diciembre cumpliría 60 años.
Su característica principal era el ser buen amigo. Lo demás es lo de menos. Quién no disfrutó de una tarde de música con Juan López, de una charla grata, de relatos jocosos aderezados con su estilo tan peculiar?.
Hacía remembranza de sus padres, del nacimiento de sus hijos, porque eso sí, ellos, Juanito, Ana y Alejandra, cuando los mencionaba le brillaban con más intensidad sus ojos.
Su voz se ha callado.
Estaba orgulloso de cada uno de ellos, de lo que han hecho en su vida, de sus primeros pasos y su primera palabra.
Todo eso atesoró Juan a lo largo de su vida; amaba a sus nietos. Ni que decir de su esposa Aracely de López que siempre lo acompañaba.
El Covid llegó a su existencia y aquel miércoles 18 de noviembre que aun estuvo en cabina hacia un llamado a cuidarse porque el virus ya había sido detectado en la estación de radio; él empezaba a sentirse mal.
El muestreo arrojó resultado positivo para él y su esposa y se aislaron.
Desafortunadamente justo una semana después, el miércoles 25 de noviembre, acabó su existencia y se fue así, sin velorio, sin un cuerpo presente, sin que sus seres queridos pudieran verlo por última vez, igual que ha ocurrido con todos los que acaban a causa del coronavirus.
Pero la realidad es que Juan López fue mucho más que eso. Fue una persona que vivió a plenitud, sin lamentarse de lo que pudo haber sido y no fue.
Le encantaba viajar y lo hacía con frecuencia con la gente del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio, la Televisión y Telecomunicaciones, (STIRTT) Sección 10, Región Carbonífera, donde ocupaba el cargo como Secretario del Trabajo, que lo mantenía en constante actividad junto con el Secretario General Julio Olivo.
Se fue un excelente ser humano.
Fue en los últimos quince años de su vida, locutor de la XEBX y ahí solo basta con que la gente encienda su radio o a través de las redes sociales conecte con la señal de la estación de más arraigo en Sabinas, para estar en contacto con quien se encuentra en cabina y Juan López era de los más solicitados; enviaba saludos a la gente de esta región a quien identificaba plenamente y ellos a él, así como a paisanos radicados en el vecino País del norte, incluso en otros países del mundo.
Su voz ha sido callada; el llamado para él llegó, no sé si temprano o no, pero lo que sí sé es que ya no lo volveremos a ver raudo por las calles de Sabinas con las quinielas bajo el brazo, porque además no perdía el tiempo, entre horario y horario de la estación hacia la venta de estos sorteos entre amigos, luego a cobrar y así, sin descanso, le encantaba estar activo.
Su peculiar forma de decir las cosas -siempre a motivo de broma- lo hacía ser bienvenido en todos lados y respetado siempre porque también marcaba límites y lo hacía con sus mismas frases. “los molinos de Dios muelen muy despacio, pero muy finito y nos toca a todos”, solía decir cuando algo le incomodaba o bien citaba cuando alguien moría: “el vivir es Cristo y el morir es ganancia”.
Es más, hasta dedicaba canciones precisamente en esta pandemia para aquellos que no se cuidaban a pesar de las advertencias del sector salud: “te vas ángel mío, dedicada para aquellos que no se cuidan y ya andan yéndose a los pinabetes”, se refería al panteón San Fernando donde se encuentran estos árboles.
Nunca fue farsante, era una persona real; tal y como se presentaba así era.
Cuando hizo sus pininos como reportero gráfico fue en el periódico La Voz, donde laboró por espacio de 5 años, para incursionar en la radio como reportero de opinión en la FM; posteriormente ingresó a la Revista TOP Secret donde su estilo de escribir resaltaba entre la broma, el sarcasmo y la realidad.
Ha dejado de existir el buen amigo.
Su ingreso a la XEBX fue para él un logro más, le gustaba estar frente al micrófono y cumplía el horario que le tenían establecido además de cubrir aquellos espacios en caso de enfermar algún compañero, pero ya venía de un trabajo excelente como fotógrafo, como mariachi en Estados Unidos.
Su voz se ha callado.
El amigo se ha ido. Su esposa llora su ausencia. A sus hijos y nietos siempre les hará falta.
Solo queda pensar como él solía decir: “algún día, algún día; cuando el Creador del Universo lo decida, ahí será el reencuentro”.
Descanse en Paz Juan Alberto López Sandoval, el amigo del amigo.