Lo más común en nuestro país y
que se ha tomado con naturalidad
es una inseguridad creciente y sin
control, mientras nos ocupamos de
consultas ridículas y demás temas periféricos
Enviado por Miguel A. López.-
Lo anticipamos en este espacio, los empresarios son grandes negociadores, no estrategas militares, el lenguaje es el del dinero y no salen a regalarlo.
Lo que podría ser considerado como una pérdida con la cancelación de Texcoco, se convierte en una nueva área de oportunidades en la nueva cancha de Santa Lucía.
Los mandamases involucrados en el NAIM se reunieron con AMLO, ahí se vieron los enviados del ingeniero Slim, así como Carlos Hank Rhon e Hipólito Gerard…salieron muy alegres, habrá más trabajo, más contratos, les va a ir bien, según lo que les prometió el próximo presidente.
Lo hemos dicho desde hace mucho, López Obrador es muy astuto, como Ruiz Cortines, sabe colocar el discurso a la medida y pone contentos a los que lo escuchan.
Y debemos ir dándole vuelta a la página, como dijo Fox: “a otra cosa mariposa” y ahora que dejemos de ponerle atención al árbol, nos veremos obligados a mirar el bosque.
Uno más profundo y que acarrea el mayor reto para la siguiente administración.
La desbordada inseguridad…aun no nos cae el veinte, y creo que los que llegan tampoco, de que el cáncer del crimen se ha llevado más de la mitad de cuerpo nacional, que se vive un drama cotidiano con múltiples caras, y que estas golpean de manera más realista (más que una consulta aeroportuaria) a los ciudadanos.
Las presentaciones sobre el poder del crimen son múltiples, y se alojan igual en el asalto a una pesera, o el atraco a una joyería, pasando por los secuestros, las desapariciones, la extorsión, y las múltiples facetas del narcomenudeo, esa invasión nada silenciosa que ha ganado ejércitos de jóvenes que hoy militan entre sicarios y burreros.
Nos hemos acostumbrado tanto a la degradación que vemos ya con ojos normales lo que todos los días ocurre.
Y tal parece que los músculos del ser nacional se encuentran acalambrados incapaces de reaccionar…
Claro está que nos ocupan temas periféricos como la falta de agua, el destino de un aeropuerto, la agenda inmigrante, las bravuconadas de Trump, el precio de la gasolina y sus efectos desastrosos en la economía doméstica.
Pero el que todos los días nos expongamos a subir a las estadísticas del robo o del ser asesinados se ha tatuado como parte de esa grosera cotidianeidad…
Por ello las preguntas: ¿Hacia dónde vamos realmente y que propondrá el siguiente gobierno para arrancar la cabeza de los que nos están lastimado?.
¿Qué señal honesta y medible se dará por parte de la siguiente administración para combatir a la corrupción e impunidad con la que nos bañamos todos los días?.
Lo peor que nos puede suceder es que continuemos caminando por la orillita de la agenda y que lo realmente importante se deje de lado mientras nuestro cerebro es absorbido por una agenda chatarra que serviría como túnel de fuga social.
Ahí está nuestro mayor peligro, hacer como que no pasa nada, mientras los criminales siguen ganándole al estado y a los buenos mexicanos.