*La verdadera razón por la que
Trump se vio obligado a retroceder
con los aranceles.
La bolsa ha repuntado con fuerza. Los inversionistas optimistas regresaron al ruedo, los compradores que aprovechan las caídas volvieron a activarse y el presidente de Estados Unidos dio marcha atrás en (la mayoría de) sus aranceles exorbitantes.
Por ahora, el llamado Tariffgate (o crisis arancelaria) permanece en pausa. Sin embargo, la incertidumbre continúa. Nadie puede afirmar con certeza si esta tregua se extenderá durante los 90 días pactados o si terminará antes, sobre todo por la rapidez y frecuencia con la que Donald Trump ha cambiado de postura en el pasado.
A continuación, se presentan tres razones, más allá del mercado bursátil, que forzaron a Trump a retroceder: dos ejercieron presión directa, pero la tercera -como tantas veces antes- fue el verdadero factor decisivo.
Petróleo
Una baja en el precio del petróleo no siempre resulta negativa o indeseada para algunos países. El combustible más barato, sin duda, favorece a los consumidores, pero al mismo tiempo puede ser síntoma de un problema más profundo.
El alza en los costos operativos provocada por los aranceles reduce tanto la producción industrial como la demanda, lo que finalmente frena el crecimiento económico.
En Estados Unidos, una baja en el precio del petróleo también obligaría a los productores de esquisto a reducir su actividad, según informó CNBC, ya que el valor se ubicaría por debajo de su punto de equilibrio. A su vez, el Bank of América advirtió que una guerra comercial podría generar un exceso de oferta superior al millón de barriles diarios, lo que presionaría aún más a la baja los precios del crudo.
¿Influencia de la economía real?
Aunque puede parecer evidente, vale la pena subrayarlo: la economía real pudo haber desempeñado un papel importante en este escenario.

Se ha comentado mucho sobre la fórmula, excesivamente simplificada, que se utilizó inicialmente para calcular los aranceles, sin necesidad de entrar en detalles, pero es probable que el llamado “acoso económico”, como lo definió China, haya debido reconsiderarse al aparecer actores de mayor peso económico.
Donald Trump, aunque es un empresario acaudalado, no figura entre los más ricos del mundo. Su fortuna, estimada en 5 Mil Millones de Dólares, no le alcanza para integrar el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, que incluye a las 500 personas más ricas del planeta.
Y justamente algunas de las personas que sí aparecen en esa lista han expresado duras críticas contra sus políticas arancelarias.
Bill Ackman es un buen ejemplo: con más de 7 Mil 500 millones, apoyó los aranceles en su forma más moderada, pero fue tajante al criticar esta versión por su potencial destructivo. Usó palabras fuertes: habló de una “guerra económica nuclear contra todos los países del mundo” y advirtió varias veces que era necesario frenar antes de que fuera demasiado tarde.
El semanario de Coahuila

