Golpe Eléctrico – Pobres y Ricos …todos a pagar

18 mayo, 2020 en

Energía eléctrica más cara para todos los mexicanos

*Tiempo de quitarse las máscaras en

  el Gobierno Federal, con la popularidad

  en picada, con los muertos reales por

  la Pandemia, y con el propósito de seguir

  con el plan dictatorial, es tiempo de

  adelantar el fin.

 

Bartlett-Nahle la dupla del infierno para México

De ahora en adelante las cosas no marchan bien en cuestión de energía eléctrica en nuestro país, al menos para los mexicanos de a pie, porque para el actual gobierno marchan perfectamente, pues encaminan sus pasos a una devastadora expropiación de empresas privadas y el inicio de una dictadura que amenaza económicamente al mundo entero.

El “par” de la muerte, Bartlett-Nahle se han convertido (o más bien dicho, siempre lo fueron) el brazo ejecutor de López Obrador en sus más temerarias decisiones, ahora a nivel internacional, lo cual ya representa un verdadero peligro para la economía mexicana y para muchos otros rubros que dependen de la misma, en donde nuestro país enfrenta delicadísimas demandas de corte internacional que no auguran nada bueno en el corto y largo plazo.

Golpes contundentes a la inversión extranjera

La pregunta se la hacen millones de mexicanos: Cual es la idea de sostener contra viento y marea a Manuel Bartlett que está ya muy desprestigiado en el ánimo de los mexicanos y que junto con el presidente López Obrador tienen ambiciones sin sentido, en virtud de que su precaria cuestión biológica no les permitirá disfrutar de sus sueños?…cuál es el propósito de hundir a todo México?

Peor aún para el norte del país, específicamente en la Región Carbonífera, porque ya que hablamos de expropiaciones privadas, nacionales e internacionales, pues los mecanismos que se vislumbran por parte del Gobierno Federal para producir electricidad se basan en el petróleo y en el carbón, y de ninguna manera piensan comprarlo a nadie, más bien todo lo contrario…o a que cree usted que se deba el empecinamiento de no licitar pedidos para la cuenca Carbonífera en Coahuila…mire usted.

Si ya están “por puertas”, cual es la idea de hundir a México?

Esto es solamente una publicación, y muy acertada como todas las que investiga y elabora el prestigiado periodista Carlos Loret de Mola y que con gusto se la compartimos, pues es imprescindible estudiar detalladamente cada renglón de la información, porque parece que todo será superado por la realidad que nos espera.

Con información de

Carlos Loret de Mola

Canadá, Alemania, Francia, Italia, España, Gran Bretaña, Suecia, Finlandia, pidieron al presidente Andrés Manuel López Obrador que no lo hiciera…y lo hizo:

De un manotazo se quedó con el monopolio de la generación de energía eléctrica, lo que significa ponerse un peldaño antes de expropiar empresas privadas. Y encima, el que va a manejar todo esto es el funcionario más cuestionado de su administración: Manuel Bartlett Díaz, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Para la Región Carbonífera no se augura nada bueno

Esto puede tener tres consecuencias graves para los mexicanos: que llegue más caro el recibo de luz, que existan frecuentes apagones en grandes porciones del territorio y que se contamine mucho más el medio ambiente pues se privilegia la generación de energía eléctrica con carbón y petróleo, paralizando inversiones en energía solar y eólica.

También podría ser devastador para el gobierno: el presidente ha justificado esta medida con declaraciones que tienen un tufo contra la inversión extranjera por lo que se prevé que las empresas afectadas (japonesas, francesas, españolas, italianas) lancen una lluvia de demandas contra el gobierno mexicano en tribunales internacionales, argumentando la violación a unos 30 tratados de protección de inversiones.

Si ganan los juicios, México tendrá que pagar cantidades de dinero que pondrían contra las cuerdas a las finanzas públicas.

Tendremos energía siete veces más cara y más contaminante

¿Cómo lo hizo el gobierno?

Como en las épocas del viejo régimen priista, cuando las más duras medidas económicas se anunciaban en fin de semana, aprovechó la crisis del coronavirus como argumento y ayer viernes por la noche publicó un Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación para cambiar las reglas a las empresas que generan energía eléctrica y se la venden a la CFE:

En vez de que el gobierno esté obligado a adquirir la energía eléctrica más barata disponible y luego venderla a los ciudadanos, ahora comprará primero la que genera el propio gobierno, aunque sea 7 veces más cara en promedio y aunque sea más contaminante.

Se trata de un nuevo arranque del gobierno de México contra los inversionistas extranjeros.

Quizá en el peor momento: cuando apenas inicia la que se apunta como la crisis económica más grave de toda una era, consolidando así su imagen internacional de ser un gobierno hostil al capital privado, una actitud que, incluso antes de que llegara la desgraciada pandemia, debilitó el crecimiento económico y la creación de empleos, y empujó a la baja las calificaciones crediticias del país.

Una lluvia de demandas espera México por incumplimiento

Según cifras de la industria, este manotazo eléctrico pone en riesgo 78 mil empleos directos.

La medida motivó que un funcionario de alto nivel renunciara al gobierno de México: anoche (viernes) en su cuenta de Twitter, César Hernández Ochoa anunció su salida de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).

Fue de los pocos funcionarios que el gobierno actual contrató de la administración anterior: pasó de ser subsecretario de electricidad a cabeza de la Conamer.

Según muestra el intercambio de comunicaciones y correos electrónicos entre funcionarios, a pesar de que de manera oficial Conamer comunicó a la Secretaría de Energía que el acuerdo que pretendía publicar no cumplía con los requisitos mínimos (como un estudio de impacto regulatorio), lo publicó.

César Hernández Ochoa renuncia a la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer).

Esto podría acarrear complicaciones legales muy profundas para el gobierno.

El presidente López Obrador y su gabinete económico dieron el “manotazo eléctrico”, a pesar de que veinte embajadores (19 de la Unión Europea y el de Canadá) enviaron cartas a la secretaria de Energía, Rocío Nahle, pidiéndole audiencia para evitar lo que consideraron “impactaría negativamente 44 proyectos de generación de energía limpia en 18 estados de la República.

Lo que pondrá en riesgo inversiones, incluyendo las de empresas de la Unión Europea, que superan los 6 mil 400 millones de dólares”.

Según escribió Jean-Pierre Bou, el representante del bloque europeo en México. Canadá sumó a la lista de daños inversiones por aproximadamente 450 millones de dólares.

Con la atropellada publicación en el Diario Oficial de la Federación del “Acuerdo para garantizar la eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad y seguridad del Sistema Eléctrico Nacional”, el gobierno mexicano manda otra pésima señal a la inversión privada, nacional y extranjero: un berrinche del gobierno puede cambiar las reglas.

Este nuevo arranque se suma a otros que han ido minando la confianza del gobierno de México: la cancelación del aeropuerto, el mal manejo de Pemex, la obsesión por el pésimo negocio que es la refinería de Dos Bocas, la cancelación de la cervecera en Mexicali.

19 países de la Unión Europea y Canadá son los más afectados

Y quizá el más grave de todos, que se parece muchísimo al episodio actual: cuando la CFE, que encabeza el desprestigiadísimo Manuel Bartlett Díaz, protagonista de un sinfín de escándalos en esta administración, decidió cancelar los contratos de los gasoductos.

En ese entonces, saltaron el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, el canciller Marcelo Ebrard y el consejero jurídico Julio Scherer, y advirtieron al presidente López Obrador que una medida así podría generar tal desconfianza que cancelaría sus pretensiones de encabezar una Cuarta Transformación y daría al traste con su gobierno.

El presidente aceptó dar marcha atrás a las malas ideas de la dupla Nahle-Bartlett, y con la intermediación del líder empresarial Carlos Salazar Lomelín, los contratos se renegociaron, aunque, claro, a un costo más alto para los mexicanos.

Esto apunta en la misma dirección. Y de implementarse, podría salir carísimo a los mexicanos.

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