*Mejor hubiera sido la guerra de aranceles
y conservar la dignidad, porque ahora
Trump ya sabe con qué patear a México
y en cualquier momento vuelve a sacar
…los aranceles.
Ahora si nos cargó el payaso, literalmente hablando, pues nos la aplicaron directa y sin contemplaciones, nada más sacó Trump a relucir los aranceles como amenaza y nos temblaron las piernas de terror infinito e inmediatamente aceptamos por medio de nuestra heroica delegación, todos los puntos que nos impusieron y los que habrán de venir.
Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ofreció una conferencia de prensa para detallar el acuerdo (que no es ningún acuerdo, más bien un abuso total), al que se llegó con Estados Unidos para suspender los aranceles a productos nacionales.
Dijo que México aceptará y hospedará a migrantes que soliciten asilo en Estados Unidos en lo que se resuelve su situación, o sea, que nos devolverán a decenas de miles de indocumentados, para que por meses o años los mantengamos los mexicanos, con todos los problemas sociales, económicos y de salud que representan.
El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró el acuerdo o mejor dicho agandalle, alcanzado con México para expandir su programa que obliga a quienes solicitan asilo en EE.UU. a esperar en el país vecino hasta que se resuelvan sus casos, un mecanismo cuyo futuro depende de un Tribunal Federal en California.
Esto es muy molesto y oneroso para los Estados Unidos, pues son miles de personas las que solicitan asilo y es mejor que se queden en México, además, ahora como “Tercer País Seguro”, estos migrantes ya no tienen la mínima posibilidad de que sean aceptados en la tierra del Tío Sam y se quedarán por siempre en México con todos sus problemas.
En una serie de twitts, Trump aseguró que “todo el mundo está muy entusiasmado” (menos los mexicanos) con el pacto bilateral sobre inmigración, que convenció al presidente de EE.UU. de suspender indefinidamente su plan de imponer aranceles a todas las importaciones mexicanas, un castigo que iba a entrar en vigor.
Y dijo a manera de burla: “¡Quisiera agradecer al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a su ministro de exteriores, Marcelo Ebrard, junto a todos los representantes tanto de México como de Estados Unidos, por “trabajar” tanto tiempo y tan intensamente para lograr nuestro (MI) acuerdo sobre inmigración!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter.
El pacto, fruto de una semana de intensas negociaciones en Washington para evitar la imposición de los aranceles, incluye un acuerdo para que EE.UU. expanda su programa “Permanezcan en México”, también conocido como Protocolo de Protección de Migrantes (PPM).
Esa iniciativa -por la que EE.UU. devuelve a México a los solicitantes de asilo que llegan a su frontera mientras se tramitan sus peticiones- empezó a aplicarse este año en un solo punto de entrada, en San Diego (California), y a partir de marzo se amplió a otros dos, en Calexico (California) y El Paso (Texas).
El acuerdo recién alcanzado implica que se “expandirá la implementación” de ese programa “a lo largo de toda la frontera”, según el comunicado conjunto de ambos países.
Eso obligará a decenas de miles de inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, a aguardar en México a que los tribunales de inmigración estadounidenses decidan sobre su solicitud de asilo, un proceso que puede durar meses o incluso años.
El Gobierno mexicano se ha comprometido, (por tonto) a proporcionar “empleo, cuidados de salud y educación” a esos inmigrantes, algo que promete plantear desafíos logísticos, porque solo desde que comenzó a aplicarse el programa, México ya ha recibido a un total de 10 Mil 393 solicitantes de asilo en EE.UU., según fuentes oficiales mexicanas.
Las autoridades migratorias de Estados Unidos no han dado detalles de cuándo comenzará la expansión del programa, y algunos activistas están preocupados por la posibilidad de que llegue a la zona oriental de la frontera y obligue a algunos inmigrantes a esperar en Tamaulipas, considerado uno de los estados más peligrosos de México.
Lo anterior redunda en una sola cosa: Estados Unidos ya no quiere más migrantes y todos se quedarán en México por siempre, y si osan tratar de pasarse, ahí están listos los aranceles para aplicarse inmediatamente, porque el acuerdo solamente tiene ventajas para Estados Unidos, jamás para México.
Pero eso no fue todo el acuerdo, pues ya que la delegación mexicana estaba “Muy a Modo”, el presidente logró y se aseguró que México empiece inmediatamente a comprar grandes cantidades de productos agrícolas” de EE.UU., tomando en cuenta que en el 2018 ya exportó 20 Mil Millones de Dólares en maíz, soja, carnes y otras materias primas al país vecino.
Ese presunto acuerdo no estaba incluido en el comunicado conjunto, y Trump no aclaró si forma parte del pacto, pero eso es lo de menos, porque las ventajas solamente eran de aquel lado.
Aunque su amenaza de aranceles puso en duda el futuro del acuerdo comercial T-MEC entre EE.UU., México y Canadá, que reemplazaría al TLCAN si es ratificado en los tres países, Trump urgió al Congreso estadounidense a retomar el proceso para implementarlo.
Y expresó: “¡(El T-MEC sería) Muy bueno para nuestros agricultores, o sea para los Estados Unidos, en el sector manufacturero y sindicatos!”, insistió Trump en Twitter.
Ahora acá en México, más de uno anda preocupado por la agenda para el periodo extraordinario que se celebrará en el Senado entre el 19 y el 21 de junio, pues el acuerdo aprobado establece que al menos se tratará la ratificación del T-MEC.
La oposición está tensa, pues Morena podría intentar pasar bolas rápidas con las Reformas a la ley del Sistema de Ahorro para el Retiro y Austeridad Republicana, con las que no están del todo de acuerdo, pero no han tenido oportunidad ni tiempo para negociar.
Los diputados del PAN analizan llamar a comparecer a Graciela Márquez Colín, titular de la Secretaría de Economía, y a Marcelo Ebrard, actual canciller mexicano.
Los diputados panistas dicen que se condujo con poca experiencia la crisis arancelaria que se le avecinaba al país.
Afortunadamente no se impusieron los aranceles pero igual buscarán que se expliquen los procesos de negociación, si es que se le puede llamar negociación.
En breve se verán los funestos resultados de ese acuerdo, sobre todo en los estados del norte del país y ahora el panorama es más negro para México.
Acosados por este problema inmediato, con una economía que no crece y al contrario está causando desconfianza en los inversionistas, con proyectos fallidos como Dos Bocas, el Tren Maya y un aeropuerto que ya está costando más de lo esperado.
Con reformas políticas que no auguran nada bueno y con un presidente que llama a Tijuana a celebrar lo incelebrable en un afán de tapar la ineptitud de su gobierno.
Pues entonces estamos a las órdenes del Sr. Trump, cualquier cosa que se ofrezca ya sabe, nomás se trae los aranceles, que no se le olviden, y de inmediato aflojamos el cuerpo, ahí le mandamos otra vez al señor Ebrard, porque el ganso está ocupado en las mañaneras echando culpas a diestra y siniestra que es lo único que sabe hacer.