*Año 2019, el peor de la historia…94
asesinatos por día!!! Y un gabinetazo
que deambula como perro sin mecate,
y lo mejor de todo es lo peor que se va a poner.
Enviado por Jesús Arnulfo Ravelo.-
Es un hecho irrebatible que la Cuarta Transformación no tiene Secretaría de Gobernación, fundamentalmente, porque Andrés Manuel López Obrador decidió que sus garras y colmillos pasaran a ser patrimonio de Alfonso Durazo en la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
Porque doña Olga Sánchez Cordero sólo es efectiva cuando Santiago Nieto le ayuda a doblegar a quienes son objeto de su atención. Una vez que el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera la abandona, la ministra en retiro no existe.
La inexistencia, en la administración del Presidente López Obrador, de una Secretaría de Gobernación tipo la que encabezaron Luis Echeverría o Manuel Bartlett ocasiona que el gabinete deambule como perro sin mecate, cada quien por su lado y jugando para su santo o para su grupo, excepto el del Presidente, con honradísimas excepciones.
Es así como a la vista es indiscutible que el gabinete de la 4T es una especie de kindergarten Montessori, en el que cada cual hace lo que le viene en gana y su maestro tiene la esperanza de que al final de curso produzca algo que al menos parezca lógico o, de milagro, se reproduzca la fábula del asno tocando la flauta.
Influye, en mucho, el protagonismo del director de la escuela, el Presidente, que no deja espacio de lucimiento ni margen de maniobra a sus subalternos, pues copta titulares periodísticos y las redes sociales a partir de la conferencia mañanera, amén de que, en ocasiones, ésta se convierte en una especie de Santo Tribunal en el que ¡ay! del colaborador atrevido, del nivel que sea, capaz de exhibir iniciativa u opinión propia.
Sobran ejemplos, pero el más conspicuo es el del secretario de la Defensa Nacional, que no se atrevió a negarse, pese a sus 4 estrellas, a revelar la identidad del responsable del operativo “fallido” en Culiacán, en el que las fuerzas nacionales se llenaron de oprobio capturando sin orden de cateo y liberando, presionadas por una fuerza mayor que la suya, al hijo del “Chapo”, Ovidio Guzmán.
El general Clemente Sandoval bien pudo, mediante una tarjeta o un susurro al oído de su jefe de cinco estrellas, platicarle de las ordenanzas militares que prohíben revelar información de ese calibre o, al menos, argumentar el riesgo de dejar al descubierto al oficial a quien fue cargada la culpa del fallo residente en otros lares.
Quizás la más reciente demostración de la inexistencia de una Secretaría de Gobernación a la altura de las aspiraciones del cuarto transformador es la irresponsable declaración del subsecretario de Gobierno, Ricardo Peralta, que se atrevió a afirmar que la política franciscana de “abrazos y no balazos” ha funcionado en materia de seguridad.
Lo dijo, sin pudor, el mismo día que se hicieron públicas las estadísticas probatorias de que 2019 ha sido el peor año en la historia en materia de seguridad, incluyendo los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, en los que hubo guerra contra el crimen organizado.
Conforme al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, un organismo gubernamental, México registró en los 10 meses anteriores 29 mil 574 homicidios, es decir, 94 personas fueron asesinadas cada día, lo que, en promedio, permite decir que cada hora, 4 personas perdieron la vida por causas dolosas.
Nada para presumir, pero, conforme a la ya apolillada explicación oficial, nos dirán que todo es culpa del pasado, que lo bueno está por venir, aunque todos estemos de acuerdo en que lo mejor de todo es lo peor que se va a poner, pero Peralta y su jefa, Sánchez Cordero, son apenas botones de muestra de un gabinete que si el Presidente no rescata ayudará a naufragar a la 4T por más que las intenciones del jefe sean las mejores y su autoridad moral sea incuestionable.