*Los fifís significan corrutos, los chairos
quieren decir jodidos y tontos, y más
aportaciones a la real Academia de la
Lengua española de parte de un Nuevo
Gobierno inundado en problemas,
contradicciones y ahora hasta sargazos…
problema pequeño.
Enviado por Carlos Ramos.-
Hasta cuándo dejaremos los tiempos nacionales para estar hablando de los fifís?.
Y esto se debe estrictamente a la necedad y necesidad de López Obrador por descalificar y eso quedó de manifestó en la mañanera cuando afirmó que “fifi” significa corrupto, es decir, de un nivel social a un término ofensivo y acusatorio.
El Presidente debe ocupar mejor su tiempo y lenguaje a bien administrar los recursos públicos aunque afirme que “no crean que tiene mucho ciencia el gobernar”, así lo dijo.
Los simplistas copiones que quieren quedar bien con el Ejecutivo ya adjudican a quien se les antoja todo tipo de descalificaciones.
Ya ve usted a Francisco Garduño del Instituto Nacional de Migración atacando verbalmente a los policías federales comisionados a tareas de control de los extranjeros que saltan nuestra frontera sur.
Garduño parece no tiene elementos verbales propios para definir a los demás, necesita recargarse en el mal lenguaje presidencial para ganar fama.
Que mal que un gobierno, vamos sus principales integrantes, se estén acostumbrando a usar esos términos para referirse a sus semejantes.
El Ejecutivo Federal nos ha metido en problemas, primero radicalizando a los ciudadanos y segundo al abrir las puertas a todo extranjero ilegal.
Eso sí López Obrador invitó a todo mundo al “bailongo” que se realizó en el zócalo, donde dio a conocer “sus datos” sobre la estabilidad nacional.
Sin embargo dentro del país y en el mundo no sólo nos descalifican, se frenan inversiones, sino es lamentable que ya en varios países en programas de televisión de comediantes, la burla sea para el mandatario.
México no tenía esa imagen, o reflejábamos tal cantidad de torpezas y contradicciones. La configuración política se está cayendo.
La narrativa presidencial se está llenando de lugares comunes, de asambleísmo a mano alzada, de descalificaciones, de datos históricos equivocados pero de fondo nada, incluso hasta le parece un problema menor el sargazo.
El indicador de popularidad se está deslizando, pero la credibilidad, que es lo trascendente, está en juego, un juego muy peligroso.
Que no se nos olvide que muchos tropezaron en la súper boda de lujo de Cesar Yáñez cuando al revisar la lista de los invitados de la Cuarta Transformación, fingían ver para otro lado y con el dedo señalar a otros, los fifís del otro bando porque hasta en eso hay sus diferencias.
Y también en fertilizantes
Hace unos días dediqué mi espacio a fotografiar lo que ocurre en el sector salud, también en otras ocasiones he insistido en que estamos a horas de que se declare una recesión en el país.
Mire usted, el IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica), ha publicado que el crecimiento está en 0.2% tasa anual, desestacionalizado, promedio móvil 3 meses. Es el dato más bajo desde la Gran Recesión.
Es decir y en suma, los dos primeros trimestres del año han sido de retroceso. También he analizado con usted la difícil situación en las áreas Educativa y Migratoria.
No hay propuestas creíbles y factibles como también ocurre con los mega proyectos del AICM, Dos Bocas y Tren Maya.
Desgraciadamente hay otro renglón que está registrando mermas. Habré de referirme específicamente a Guerrero. El gobernador Héctor Astudillo ha exhibido el retraso en la entrega de los fertilizantes gratuitos para la Entidad.
Y esto se genera por quienes operan el programa ordenado por el Ejecutivo Federal y que enfrentan un conflicto de carácter técnico y de operatividad.
Hay que mencionar que no es eco de situaciones políticas ni de partidos. El hecho es que el fertilizante no está llegando a los productores.
Hay gente inexperta que no presenta soluciones y ponen en riesgo las próximas cosechas, asunto por demás delicado en un Estado en donde la mafia ha arrebatado extensos terrenos a la agricultura para la siembra de la amapola.
Casos y cosas se adhieren todos los días a una marcada improvisación que en nada aporta al desarrollo obligado de la nación.
Sin embargo las declaraciones recientes del Ejecutivo asegurando que el fenómeno del sargazo es menor en relación a la basura que se acumula en la CDMX dejan una importante reserva de dudas y confusiones.