*Con un subejercicio de más de 250 mil
millones de pesos destinados a “Programas
Sociales”, que por cierto NO llegan, le
dijeron en Macuspana, el país está a punto
del colapso económico.
Enviado por Vladimir Galeana.-
Pareciera que ya se dieron cuenta en la 4T que las cosas no están saliendo como pensaban.
Por el contrario, no se puede hacer gobierno a través de caprichos simplistas a los que se acostumbró el señor Andrés Manuel López Obrador durante muchos años de andar de arriba a abajo por todos los rincones del país.
Pareciera que tarde lo entendieron el Presidente de la Republica y el grupo de quienes pertenecen al primer círculo de poder, y entre ellos con quienes toma decisiones trascendentes como es el caso de Julio Scherer, Coordinador de Asesores, y Alfonso Romo, titular de la Oficina de la Presidencia de la Republica.
Y algo debe de haberlos preocupado, porque aunque quieran minimizar la crisis de credibilidad que está viviendo la mal llamada Cuarta Transformación, distintos sectores sociales han manifestado alertas por los nulos resultados y la poca efectividad de los programas sociales para paliar la pobreza de la mayor parte de la población.
Pero también hay que señalar que hasta ahora lo que distingue a la 4T no es otra cosa que la ineficiencia, la ineficacia y el desconocimiento de los procesos gubernativos.
Además, de la especialización en la toma de decisiones, esa que permitió la permanencia en el ejercicio de gobierno de los regímenes tricolores.
Pero eso no es todo, en el ámbito internacional se afirma que el peor enemigo de Andrés Manuel López Obrador es el mismo Andrés Manuel López Obrador, quien hace todo lo posible para que sus ligas con los regímenes populistas sudamericanos se conozcan abiertamente.
Pero también las que mantiene con los regímenes más feroces y tiránicos del Continente. Para decirlo más claro, al señor López Obrador no le interesan las ligas con los regímenes democráticos del hemisferio.
Pese a esta circunstancia, a la comunidad internacional parece no importarle mucho el talante autoritario del gobierno implementado por Andrés Manuel López Obrador, aunque es justo señalar que todavía no se ha presentado ningún conato de violencia.
Pero hay que reconocer que la delincuencia sigue cometiendo crímenes de forma impune y no existe por el momento alguna estrategia de contención por parte del Gobierno Federal, y mucho menos de la llamada Guardia Nacional, que es la única que hace presencia, pero no actúa con un plan preconcebido para disminuir la violencia.
El problema para los mexicanos es que en el extranjero tienen la percepción de que el mayor enemigo de Andrés Manuel López Obrador es el propio Andrés Manuel López Obrador, y en algunos corrillos corre la versión de que Alfonso Romo Garza está a punto de renunciar como Jefe de la Oficina de la Presidencia.
Con lo que quedaría acéfala la oficina encargada del diseño de estrategias para la reactivación económica del país que tanta falta nos hace a los mexicanos.
Alfonso Romo ya se cansó de los vaivenes y ocurrencias de López Obrador y medita regresar a lo suyo, que es la empresa.
El peor problema que tiene el país es el propio Presidente de la República, quien actúa como enemigo del progreso, de la generación de empleos, y de las finanzas sanas.
Los analistas han visualizado grandes riesgos en otro año con cero crecimiento y brutales gastos para mantener los programas sociales.
Por lo pronto, hay un subejercicio de más de doscientos cincuenta mil millones de pesos que finalmente engrosarán esos “programas sociales”.
Para decirlo de otra manera, el dinero que los mexicanos aportamos para el sostenimiento del aparato burocrático y los programas gubernamentales, ahora se direcciona de acuerdo a las indicaciones personalísimas de quién encabeza la estructura de gobierno, y quien prefiere otorgarle un cariz electorero al más puro estilo de lo que tanto criticaba en sus disertaciones públicas
México no merece tanta estupidez e ineficiencia, pero así lo decidieron los votantes.
En lo personal creo que el odio sembrado durante tantos años por quien ahora detenta el poder está al borde del fracaso.
México y los mexicanos no merecen una circunstancia como la que estamos padeciendo.
Hasta ahora no existe una estrategia de gobierno que le otorgue certeza y dirección a cada una de las instituciones, y mucho menos para los organismos paraestatales o de participación gubernamental
El futuro se antoja complicado porque no habrá dinero que alcance para seguir repartiéndolo como si fuera suyo. Al tiempo.