*¿Qué sigue? ¿Salirnos del FMI, como Cuba?
…porque definitivamente AMLO no acepta
la realidad contundente de que la economía
mexicana está por los suelos.
Enviado por Jesús Arnulfo Ravelo.-
Más vale que el gobierno federal se vaya acostumbrando a las malas calificaciones de organismos financieros internacionales porque hasta el momento no hay intenciones de dar el volantazo necesario para reactivar la economía más allá de buenos deseos, del pueblo bueno, de que “ya no se va a tolerar la corrupción desde arriba” y otros conjuros que, a siete meses, no han dado resultado.
El pronóstico de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) que le da a México 0.9%, menos de un punto, provocó enorme molestia en Palacio Nacional, al grado que Andrés Manuel López Obrador dice cambiar el método de medición del Producto Interno Bruto a “Desarrollo”.
Lo que quiera decir eso no le interesa, en lo mínimo, a las calificadoras internacionales y al organismo de Christian Lagarde, con quien se reunió López Obrador, el 29 de mayo, en Palacio, sin importar los rollos del presidente de México, del titular de Hacienda, Arturo Herrera, y de la de Economía, Graciela Márquez Colín.
¿A poco vamos rumbo a descalificar al FMI como las cabezas de los países del Alba: Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro, Evo Morales y más?, porque el discurso no aguantará la dicotomía de un país negociador con Estados Unidos y Canadá, y, a la vez, detractor del Fondo.
¿Qué sigue? ¿Salirnos del FMI, como Cuba, en 1964, o impedir que el organismo haga la auditoría anual, como lo hizo Cristina Fernández de Kirchner en febrero del 2008? Corea del Norte y Liechtenstein son otros dos países que quedaron, en su momento, fuera del circuito, igual que del Banco Mundial.
Y aun cuando las comparaciones con Venezuela le resultan odiosas a la Cuarta Transformación, el país de Maduro fue el más rico de Latinoamérica durante décadas. En términos del PIB llegó, incluso, a situarse entre los cinco primeros del mundo después de los estragos causados, en Europa, por la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, el colapso político, económico y social de los últimos años ha hundido al país en la clasificación regional y, según los datos y estimaciones del FMI, es, ya, uno de los más pobres de Latinoamérica en términos de Producto Interno.
En cuatro años, del 2015 al 2019, Venezuela ha retrocedido 18 posiciones en la clasificación de economías de Latinoamérica y el Caribe, ya que su PIB es el cuarto más bajo de las 30 economías que registra el Fondo, sólo por delante de Honduras, Nicaragua y Haití.