El semanario de Coahuila
No hay sentimiento más humando que el de DAR, para la presidenta del DIF, señora Yaha Romero.
Por: Gastón Gómez Caldera Fotos: Mando Estudio.-
La preocupación constante del DIF, es latente todos los días.
Cd. Acuña, Coah.- No hay sentimiento más noble que el de Dar; nos eleva como seres bondadosos a otra dimensión.
Pero no a todos nos nace ese sentimiento; hay que ser alguien muy sensible, muy humano, muy especial.
Y es el caso de la presidenta del DIF la señora Yaha Romero, quien tiene muy desarrollado el don de servir, de Ayudar, de Dar, de mirar por el prójimo.
Para todo en la vida hay que tener un perfil. Pero para ser alguien especial hay que tener un Don, y Yaha lo tiene, en ella se da esa característica distintiva de poseer ese sentido de humanidad.
Al ser una vencedora de una lucha difícil en el tema de su salud, eso la fortaleció, la hizo una guerrera, una luchadora, una persona victoriosa; y utiliza ese poder que se desarrolló en ella, para pelear batallas por los que menos tienen.
En esta ocasión, fue un día normal en la vida de Yaha, se pudiera decir que fue especial, claro, solo, que así son todos los días para ella; especiales.
Al frente de un sistema municipal del Desarrollo Integral de la Familia, tuvieron el programa de recolectar útiles escolares para donárselos a los niños que más lo necesitan, para el siguiente ciclo escolar.
Se logró otra victoria más en la vida de Yaha.
La preocupación constante de la señora Yaha Romero, es latente todos los días, y busca con este programa, ayudar a los padres de familia en el gasto que se avecina; para que así sus hijos continúen sus estudios, persigan sus sueños, y no sea motivo el no tener el material, para abandonar la escuela.
Se logró otra victoria más en la vida de Yaha; sabe que más tarde cuando regrese a casa después de una jornada más; y abrace a su hijos; podrá sentirse satisfecha y feliz, porque se logró el objetivo del día; ya mañana se volverá a emprender otra batalla más por conseguir una mejor vida para las familias de Acuña; que así lo requieran.
A medida que crezcas te darás cuenta que Dios te dio dos manos; una para ayudarte a ti mismo; y otra para ayudar a los demás.