-Ya estamos por concluir enero
-Origen y significado del 2 de febrero
-Lista para la oración y el festejo
ANMEX: Cristina Flores Cepeda.-
Coahuila.- México se encuentra lleno de tradiciones y una de ellas es el día de la Candelaria; fecha en la cual las familias se reúnen en torno al “nacimiento” del Niño Dios para dar paso a su “levantamiento” que implica sentarlo en una silla y guardarlo para el siguiente “nacimiento”.
Obviamente se eleva una oración, se reza el Rosario y al concluir los “padrinos” del Niño, deben ofrecer bolo (bolsitas de dulces) y el organizador o dueño, sirve la cena.
Para muchos es el marco donde, aquellos que fueron agraciados con el “Niño Dios” en la rosca de Reyes Magos, deben llevar los tamales para deleite de los invitados.
En concreto, el día de la Candelaria es festejado cada 2 de febrero; se celebra la purificación de la Virgen, se viste al niño Dios y se lleva a la iglesia para ser bendecido. Después, quienes encontraron al niño en la rosca invitan los tamales. Todo esto es muy bello y delicioso.
El día de la Candelaria se festeja exactamente 40 días después de Navidad -es decir, el 2 de febrero- y es debido a que, en ese día, la Virgen se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas a la Iglesia para que estas fueran bendecidas.
Este era el festejo original, sin embargo, en la época del Virreinato llegó a México y el día de la Candelaria coincidió con la temporada de siembra que iniciaba el 2 de febrero y se festejaba con exquisitos tamales como platillo principal.
El 2 de febrero -día de la Candelaria- la Virgen solía ser la protagonista del festejo, pues era cuando se cumplían exactamente 40 días después de Navidad, por lo que la Virgen acudió a la Iglesia para ser purificada y dar gracias a Dios por la llegada de Jesús a la Tierra. Y desde entonces, se quedó como costumbre acudir a la iglesia cada 2 de febrero, para agradecer que el niño Dios trajera luz a los corazones de la humanidad.
También se dice que un anciano llamado Simeón, quien era traductor de la Biblia del hebreo al griego, dudó traducir la palabra “Virgen” tal cual, pues él creía que lo correcto era poner “mujer”.
Justo en ese momento recibió una revelación divina en la que se le indicaba que no debía cambiar el significado de la Virgen y también que no moriría hasta ver al niño Dios.
Con la promesa de conocer al niño Dios, Simeón llevaba candelas a la Iglesia -como símbolo de la luz que traería el niño- hasta que llegó María con el pequeño Jesús en brazos y Simeón dijo “ya puedes dejar que muera en paz”, y cerró los ojos para nunca volver a abrirlos.
La celebración del día de la Candelaria en México es un sincretismo entre la cultura prehispánica, católica y judía que se ha modificado con el paso del tiempo.
Y es que, como vimos, hace mucho tiempo en el día de la Candelaria principalmente se celebraba la purificación de la Virgen, pero a partir de la primera década del siglo XX la celebración del niño Dios tomó muchísima fuerza en México igual que la idea de colocarle distintos atuendos.
Actualmente el día de la Candelaria se puede celebrar de dos formas; la primera es una procesión dedicada a la Virgen acompañada de música y pirotecnia (como en Tlacotalpan o en Coyoacán), y la segunda es cuando los creyentes presentan a sus niños Dios en misa -los niños deben estar ataviados con distintos atuendos- y después invitan a la celebración en su casa donde dan de comer deliciosos tamales.
Se estima que existen alrededor de 100 modelos distintos para vestir a los niños.
En México, a finales del siglo XX y principios del XXI, se volvió común vestir al niño Dios con atuendos modernos como de motociclista, bombero o policía.
Pero, la tradición de los «niños dioses» va mucho más allá, que recordar el hecho histórico y ofrecer tamales a los invitados. Muchas familias visten elegantemente niños dioses que han pertenecido a sus familias durante muchas generaciones.
La tamalada
Por lo pronto en cada hogar se preparan para los tamales, para esta delicia que se aprovecha en muchas familias para la convivencia y a unidad de todos.
Desde la preparación de los mismos, hasta después del rezo, es cuando las familias se reúnen en torno al “Niño Dios” y además la celebración de la Candelaria es como el cierre de los festejos navideños.