Enviado por Carlos Ramos.-
La parte más primitiva, bárbara, irracional, del ser humano, es tratar de solucionar sus divergencias matando.
Alguien alguna vez exclamo “lo importante no es que te maten defendiendo a tu nación, sino que muera el otro defendiendo a su nación”. Juego de ideas y conceptos estúpidos.
Con la decisión de Putin, podríamos estar en la víspera de un evento similar a lo ocurrido con la crisis de los misiles en Cuba allá por los “sesentas”. Líderes amenazando a la humanidad con el exterminio nuclear.
Generar genocidios porque los pueblos buscan autonomía y libertad es un síntoma de la necesidad de imponer leyes, reglamentos que impidan que simios enfermos de poder dominen por el número de ojivas que poseen.
Hasta ahorita hay más de mil detenidos en San Petersburgo por estar dispuestos a enfrentar al gobierno ruso por la intervención a Ucrania.
Gente inocente está siendo masacrada sólo por haber nacido en una nación que busca dignidad. No reciben apoyos para progresar, sino bombas para continuar siendo dominados. Putin está gravemente equivocado.
La comunidad internacional toda levanta un reclamo y demanda paz. 100 mil ucranias abandonan Kiev y el resto se amontona en los túneles subterráneos del metro como resguardo a los bombardeos. Más de 160 ucranianos han muerto en un solo día.
Pero México vuelve a ser discordante. Nos “honra” pertenecer al Consejo de Seguridad de la ONU, pero no para mostrar estatura y conocimiento, sino para ser bocina de un proyecto equivocado de la 4T.
Vimos con vergüenza, como Juan Ramón de la Fuente guardó silencio por las agresiones de Amlo a la UNAM, pero, fue portavoz para defender a Cuba y su tiranía.
El gobierno mexicano no ha sido más que tibio, con respecto a la guerra en Ucrania. De tomar posición contra Putin, lo que son las cosas, estaríamos aliados a España.
Y en un ambiguo mensaje en redes sociales Marcelo Ebrard muestra su atropello diplomático al expresar que “rechaza” cuando el término correcto es “condena”.
Amlo se ha metido en tantos conflictos verbales con el mundo que sería extraordinario verlo sumarse a la política internacional de Joe Biden, cuando en los últimos días ha sido ofensivo, majadero y despótico contra funcionarios estadounidenses.
La jornada bélica se antoja preocupante y generará sin duda desequilibrios económicos y quizá, increíble, el nacimiento nuevamente de un mundo bipolar, pero ahora por regiones: Rusia, Corea del Norte y China por un lado, y Estados Unidos y sus aliados, incluyendo a Japón y Corea del Sur.
Por lo pronto la energía del presidente mexicano no es colocar a nuestro país como líder, sino, intercambiar ofensas lo mismo por un penacho, que por el reprobable crimen de periodistas.