El semanario de Coahuila
No le va a perdonar Joe Biden, a López Obrador el desaire.
Enviado por Miguel Ángel López.-
Joe Biden no le va a perdonar a López Obrador el desaire aunque es un político forjado en la grilla de Washington sabe que el de Tabasco no solo le aplicó la ley del hielo sino que le vendió la “recua” de burros al que ya se fue .
En términos rancheros, Biden trae ganas de apedrearle la hacienda de Macuspana a su adversario del sur, López Obrador falló en el cálculo y digamos que el populista de Trump lo chamaqueo, ahora López tendrá quiere programar sus afectos e intereses con el de la Casa Blanca.
Biden trae el garrote en la mano
Biden trae el garrote en la mano, que se agarren los narcos de este lado, la DEA y el departamento de justicia de allá van a tener mucha chamba.
No dude que se revivan con fiereza añejas presiones en donde condicione a México a recibir apoyos económicos o de otra especie a cambio de resultados reales en materia de combate al crimen organizado…se acabaron los “abrazos y no balazos”?.
Obrador es astuto, sabe que le ha llegado el momento de enfrentarse a un contrincante real, poderoso, con recursos ilimitados y que lo colocaran bajo el intimidante reflector del salón oval, el desastre mexicano no será ignorado por el nuevo presidente tal y como ocurrió con Trump.
A ver si se da nuevamente una foto del presidente mexicano con la mamá de un narco sin que la Casa Blanca no levante las cejas.
Los filones de estos duros días por venir para la fallida 4T serán todos aquellos acuerdos empresariales que fueron traicionados por este gobierno.
El derrumbe de inversiones y de esa línea histórica de intereses gringos que fueron clausurados por la tirria presidencial mexicana, el freno a la inversión extranjera es notoria y el enojo de los dueños de los dólares no se borra con un “usted disculpe”.
López Obrador ha perdido la mayor de sus apuestas, puso su resto en una serie de pactos con un Donald Trump.
López Obrador ha perdido la mayor de sus apuestas, puso su resto en una serie de pactos inconfesables con un Donald Trump que hoy ocupa el cesto de la basura norteamericana, ese acto lo arrastra a una especie de soledad anticipada en la región norte del continente.
Las líneas de los acuerdos comerciales, así como todo tipo de trato son acariciados por las manos de los mecánicos de Washington quienes desean meter herramientas, realizar todos los ajustes necesarios para corregir el carnaval trumpiano y sus secuaces, sin descartar el delicado asunto de los migrantes que con o sin pandemia continúan atravesando la frontera.
Biden, debemos recordar, llega al poder bajo el aura del reconstructor que habrá de sacar de terapia intensiva a su país, los efectos de su nuevo acuerdo político y social para su nación van a pasar por los cuerpos de aquellos personajes que le signifiquen un obstáculo.
La zona de interés de su agenda tienen un solo objetivo: regresar la autoridad a su país en lo económico y social, México y su gobierno no le van a impedir poner orden en la región.